Pep-Mou y las curas de humildad en Manchester
Morbosa coincidencia. Guardiola y Mourinho, con sus equipos de Manchester, volvían la semana pasada a los estadios donde más han triunfado como entrenadores para jugar contra los equipos de sus vidas. A pesar de haber gastado, tanto el City como el United, más de 200 millones en fichajes, ambos salieron trasquilados. 4-0 al City en la Champions, 4-0 al United en la Premier. El caprichoso fútbol dispuso que los jugadores del Barça y del Chelsea, con su efectividad y aprovechando los regalos de los rivales, infligieran una cura de humildad a dos de los técnicos con la etiqueta de ser de los mejores del mundo, a pesar de entender el fútbol de una forma tan opuesta que, lo que propone uno y el otro, casi no parece el mismo deporte. Eso sí, el presente del City y el United poco tiene que ver. Mientras Pep, en dos meses, ha dado personalidad a un equipo que jamás quiso tanto el balón, Mourinho no ha dado con la tecla para mejorar un equipo que, a parte de nombres, no tiene nada. El City luchará por los títulos. El United lo verá por la tele