La fiesta ahoga la polémica
El malestar por la convocatoria azulgrana no deslució la final
A pesar de la polémica que, una vez más, ha rodeado la Supercopa de Catalunya por la convocatoria presentada por el Barça, 12.810 aficionados confirieron un buen aspecto al Nou Estadi de Tarragona. Al final, pese al malestar expresado por el Espanyol y por la Federació, sólo hubo algunos pitos a la llegada de la expedición azulgrana, no durante el partido.
Ramon Robert, consejero delegado del Espanyol, sí expresó su enfado: “Hemos almorzado con la directiva del Barça y de la Federació y les hemos trasladado lo que pensamos. Nosotros adquirimos un compromiso y cumplimos los requisitos acordados. Pero todas las partes tenemos que plantearnos esta competición. La gente, que hace tiempo ha comprado las entradas, viene a ver a algunos jugadores y no están todos. Una competición con los dos equipos más importantes de Catalunya no puede estar pendiente de si vienen o no algunos jugadores. Se han hecho muchas reuniones en los últimos meses y ahora nos encontramos con esto”, dijo.
Los aficionados, en cambio, superada la decepción inicial, optaron por pasárselo en grande. Y aunque el partido no fue exquisito, a partir del minuto 40 y tras dos amagos,la grada se lanzó a hacer la ola y no paró hasta que el colegiado Xavier Estrada pitó el final de la primera mitad. Para la mayoría de los chavales era la primera vez que acudía a ver un partido entre los dos grandes clubs de Catalunya y quisieron disfrutarlo en una noche apacible.
Campaña ‘Cero Insultos’
Mayoría barcelonista en las gradas pero con cordialidad entre ambas aficiones. Antes de que diera inicio el choque, sonó el himno de Catalunya, ‘Els Segadors’, con la grada en pie, y la Federació promovió la campaña ‘Cero insultos en la grada’, fomentando la buena conducta, no solo en los jugadores que participan en los partidos de fútbol, sino también en los aficionados que los ven desde la grada
12.810 espectadores optaron por olvidar la decepción por las ausencias del partido