El tercer tiempo se instaura como tradición en la Youth League
La Youth League, la competición europea juvenil, tiene fijada como obligación tras los partidos una tradición procedente del rugby: el tercer tiempo, que también se llevó a cabo una vez finalizado el último Barça-Manchester City en el Mini (1-0).
Después de disputar los noventa minutos, normalmente el mismo día que juegan los mayores, ambos equipos, sus respectivos cuerpos técnicos y los árbitros del encuentro se van juntos a cenar. Cada plantilla en una mesa, otra para cada staff y una última para los colegiados y el delegado de la UEFA. Una vez acabados los postres, ambos equipos se obsequian con una placa conmemorativa que en el caso del Barça acostumbra a entregar Pere Gratacós, responsable de Relaciones Institucionales del área de fútbol del club blaugrana. Por otro lado, dejando de lado la parte más institucional, los capitanes de cada equipo, en representación de toda la plantilla, se intercambian una camiseta. Además, el equipo local invita al visitante al partido del Champions League que disputan sus respectivos primeros equipos.
En este último encuentro Barça y Manchester City se reunieron en el Auditori 1899, donde se celebran normalmente estas comida, a escasos metros del Camp Nou. Durante la cena, los jugadores de ambos equipos comparten impresiones. Más en esta ocasión, porque en el City juegan algunos españoles, como Paolo Fernandes o Bahim Díaz, que ha coincidido en las categorías inferiores de la selección española con futbolistas del Juvenil A culé.
Esta iniciativa se lleva a cabo desde la primera edición de la competición. Cuesta más cuando se pierde, pero desde el club azulgrana aplauden la idea. El tercer tiempo de la Youth League se integra dentro del programa ‘Respect’ de la UEFA, que pretende incentivar el desarrollo de los jóvenes futbolistas dentro y fuera del campo