De Harrison a Hailey, cambio de nombre y de sexo
Ha cambiado su perfil de Linkedin y Facebook, su dirección de correo electrónico y ha suavizado el tono de voz de su contestador automático. Ha cambiado de identidad, de nombre y de vida. De chico a chica. Ha pasado de ser Harrison Browne a Hailey Browne, jugadora de hockey de 23 años de los Beauts Buffalo en la Liga Nacional Femenina de Estados Unidos (NWHL) y se ha convertido en la primera deportista abiertamente transexual en un equipo profesional.
Browne escuchó por primera vez su nuevo nombre a través de la megafonía del pabellón de Harbor Center durante la presentación del equipo, el 7 de octubre. Volvió a escucharlo cuando anotó el único gol de las locales ante Boston (4-1) en su debut en la Liga. Apenas pudo reprimir las lágrimas. “Si alguien me pregunta alguna vez cuál ha sido el mejor momento de mi vida, sin duda éste será uno de ellos”, declaró tras su debut. “Fue increíble oír a la multitud vitorear tan fuerte mi nombre. Estaba eufórica, fue el momento perfecto”.
Apoyo total de la NWHL
Hailey no esperaba un apoyo tan unánime, pero la afición se ha volcado con ella. También los responsables de la Liga, formada por cuatro equipos (Buffalo Beauts, Boston Pride, New York Riveters y Connecticut Whale), que le permitieron inscribirse esta temporada. La máxima decisión cayó en manos del comisionado de la NWHL, Dani Rylan. “Vino a mí y me pidió entrar en la Liga y mantener su apellido, aunque no su nombre. Mi primer pensamiento fue, ¿cómo puedo apoyar a este jugador y cuáles son las medidas legales para hacerlo?”, explica en una entrevista en ESPN. Asegura que la Liga trabaja para que ningún atleta sea discriminado por su orientación sexual o género, y para respetar los derechos de todos los jugadores y jugadoras. “Es im- portante para nosotros hacerlo bien”, insiste Rylan. “El apoyo a un compañero de equipo va más allá de la pista”, sostiene Ric Seiling, exjugador y actual general manager de los Beauts . “Browne es una gran jugadora de equipo y tenemos que apoyarla en su decisión”. La defensa Paige Harrington comparte piso y equipo con ella. “Ha demostrado ser una persona muy fuerte y ahora se siente cómoda consigo misma. Nos alienta a las demás. Es la persona perfecta para hacer público su caso de transexualidad en el deporte americano”, señala. No es la primera vez que un deportista de elite cambia de sexo. Bruce Jenner, que había ganado la medalla de oro en el decatlón de los Juegos Olímpicos de Montreal 1976 y después se convirtió en una ‘celebrity’ al entrar en la familia Kardashian, cambió de sexo en 2015 con el nombre de Caitlyn Jenner. Y Chris Mosier, triatleta profesional que nació mujer pero se sentía hombre, hizo el camino a la inversa y tras cambiar de sexo en 2010 representó a EE.UU. en el Mundial de duatlón sprint, el pasado verano. Ha habido también atletas transexuales en equipos de la Universidad, pero el caso de Browne se ha hecho especialmente mediático porque es una Liga quien le ha abierto sus puertas.
Browne empezó jugando en el circuito junior de Canadá hasta que fue reclutado por la Universidad de Maine para jugar en la División I de hockey con una beca. Se graduó en 2014 y fue entonces cuando confesó a algunos entrena- dores que era ‘trans’. La pasada temporada, los Beauts contaron con ella en algunos partidos y anotó cinco goles y siete asistencias en sus 18 encuentros. En ésta ya ha sido aceptada por la Liga. “Mi familia está empezando a enfrentarse con todo esto y ahora es el momento para ser conocida como lo que realmente soy, para ser au- téntica”, explica Hailey, y añade que “cuando juego, yo soy sólo una jugadora de hockey. No pien- so contra quién estoy jugando, no veo el cuerpo de mi rival”.
De momento, Browne se ha cambiado sólo de nombre. “Lo ne- cesitaba, es liberador”, apunta. Su plan era someterse a tratamiento médico y hormonal tras su paso por la Universidad, pero la crea- ción de la NWHL la pasada prima- vera le ha llevado a aplazar su de- cisión y no lo hará hasta que no abandone el deporte profesional. Hasta entonces, esta corpulenta jugadora tiene que responder a in- cómodas preguntas. “Algunas personas me llaman Señor, otras Señora... pero no me molesta, pienso que un día esto dejará de suceder”, dice. Celebra que la Liga esté trabajando en una política pa- ra incluir a atletas transexuales
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