Supercopa
Hace años recibí muchas críticas por calificar de ‘partido de costillada’ el que suele jugar la selección catalana por Navidad. Pues bien, creo que el del martes entre Barça y Espanyol no llega ni a eso. Lo que me parece poco coherente, sobre todo por parte del Barça, es que esta Supercopa se presente a bombo y platillo en la Generalitat y que en la práctica sea un choque descafeinado. Pero es lógico ya que hay poco interés, sin reconocimiento oficial. Lo que es absurdo es querer reivindicar en un partido de fútbol lo que debería resolver la política