Mundo Deportivo (At. Madrid)

Ni el ‘Pichichi’ Champions consuela a Leo El protagonis­ta

Séptimo gol en cuatro partidos después de un contragolp­e perfecto en 15 segundos

- Gabriel Sans

En un partido predestina­do al toque y a la posesión, el único gol del Barça se ejecutó con un contragolp­e perfecto. Falta a favor del Manchester City y en 15 segundos (del 20’25’’ al 20’39’’) y 80 metros, el balón acabó en la red de la portería inglesa. Fue por obra y gracia de cuatro jugadores: Umtiti recuperó el balón, Mascherano se lo cedió a Messi, que abrió la jugada hacia la banda izquierda viendo la galopada de Neymar. El brasileño controló y asistió para que el ‘10’ del Barça ajusticiar­a a Caballero dentro del área. Un magnífico tanto que daba lustre a una primera parte brillante de los azulgrana empañada solo por los errores individual­es que costaron el empate.

Messi había encontrado de nuevo el interrupto­r. Le había endosado un ‘hat trick’ en el choque del Camp Nou y ayer volvió a dar luz al ataque. No es que monopoliza­ra el juego ofensivo del Barça sino que supo estar siempre atento al guión del partido, una virtud que suele repetir. Exquisito en el juego individual pero también en el de asociación. Durante la primera parte, fue refinado en la intervenci­ón y en el pase.

Fue un Messi agrandado por la magnitud de sus números. El séptimo gol de esta Champions League en tres partidos, porque no jugó ante el M’Gladbach. A diana segura por encuentro. Un buen puñado de goles que le mantiene líder en el Pichichi europeo. 15 tantos en 13 encuentros y la peor pesadilla de Pep Guardiola. Dos goles cuando era entrenador del Bayern y cuatro con el City. Seis al técnico que le catapultó como goleador insaciable. Era su gol 50 en este 2016, precisamen­te el día que celebraba las 100 titularida­des en la Champions.

Y después de una primera parte efervescen­te, Messi se perdió en la inmensidad de la desconexió­n general. Todo el equipo se vino abajo. Se les acabó el ánimo pero, sobre todo, el convencimi­ento de poder aguantar y ganar el partido. no tuvo pausa ni aquel juego arquitectó­nico de siempre. Ya lo advirtió el propio Luis Enrique en la previa. Estaba convencido de que Pep tocaría alguna tecla para ganar el partido y lo hizo. Una presión avanzaba para que no le llegaran los balones. Y así sucedió. Messi no tuvo ocasiones claras y ni tan siquiera líneas de pase para asistir a Neymar o Luis Suárez.

En el recuerdo, aquel penalti que reclamó en la primera parte por una entrada de un defensor del City, que supo rebañarle el balón cuando estaba ya a escasos metros del gol. Una jugada que le irritó enormement­e y que de camino del vestuario, no pudo evitar recriminar­le al colegiado la no señalizaci­ón de la pena máxima. Messi quería más. Pero el Barça de diluyó con los minutos, pasando a ser un equipo desconocid­o, demasiado pendiente de no cometer fallos. El Barça se rompió y Leo acusó el perfil de un equipo angustiado por la necesidad.

Tercera vez sin premio

Messi marcó pero al Barça no le alcanzó para ganar. Es la tercera vez en la Champions que le sucede. Las dos anteriores fueron frente al París SG en 2014 y ante el Celtic en 2012. Algo que suena a puntual, porque generalmen­te un gol de Leo es mucho. Van 290 partidos marcando, de los que se ganaron 251 y se empataron 28

 ?? FOTO: MANEL MONTILLA ?? Messi, celebrando su gol al Manchester City que, sin embargo, no sirvió para ganar el encuentro
FOTO: MANEL MONTILLA Messi, celebrando su gol al Manchester City que, sin embargo, no sirvió para ganar el encuentro

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain