El 1-1, punto de inflexión

Para interpretar el partido de anoche en Manchester es inevitable comentarlo a través de las distintas fases que tuvo. El Barça pudo sentenciar en el primer tiempo pero no lo hizo y el City se llevó tres puntos de oro. En los primeros minutos, el Barça tuvo el balón y controló bien en el partido pero sin llegada. En los 25 minutos iniciales no aparecieron los porteros pero la pérdida del City y la contra letal con Messi de iniciador y definidor hizo justicia al dominio azulgrana. El Barça pudo sentenciar, con dos buenas ocasiones, llegando a practicar un fútbol arrollador. Era muy superior y todo hacía prever que acabaría ganando con facilidad. Hasta que llegó el 1-1. La presión de Silva a Sergi Roberto fue un avance de lo que acabaría sirviendo al City para derrotar al Barça. El canario apretó al lateral derecho, que no precisó la salida. Busquets no pudo controlar y el City jugó rápido para lograr el empate.

El descanso permitió entrever un City más ambicioso. Y así salió, con todo, imponiendo un ritmo trepidante y haciendo gala de mucha energía y velocidad. Sterling y Agüero pudieron marcar antes del 2-1. Fue una falta de libro de Busquets a Silva. Y ahí el City estuvo fino al disponer una barrera, con cuatro jugadores, al lado de una del Barça con cinco hombres. Ter Stegen no tuvo un campo de visión amplio y se quedó sin ver salir el balón.

Quedaba mucho por delante pero el Barça solo dispuso de una ocasión clara. André Gomes chutó al travesaño y el Etihad suspiró de alivio mientras veía como Messi, muy activo en el primer tiempo, desapareció como casi todo sus compañeros. En el Barça, la salida de Arda por Rakitic, que tenía una amarilla, no dio resultado. Pep optó por mantener la velocidad con Navas por Sterling. me gustó también Agüero, con un gran físico y acaparando defensas y liberando compañeros ante un Barça que acabó jugando más de forma individual que colectiva. Todo lo contrario que en la primera mitad