CON SUSPENSE
Griezmann certifica sobre la bocina una victoria que mete al Atlético en los octavos de la Champions Un desajuste permitió al Rostov empatar y estuvo a punto de costarle caro a los de Diego Simeone
Si el encuentro de Rostov ya dejó a un equipo ruso muy atrincherado en un partido que en muchos tramos fue un monólogo por parte del Atlético de Madrid hasta que Carrasco dio con la tecla y marcó el gol que a la postre le sirvió al equipo rojiblanco para volverse a Madrid con los tres puntos. Pero en el encuentro de la primera vuelta, el equipo del Don ya demostró, a raíz de ir por debajo en el marcador, que tenía más fútbol que lo que había exhibido hasta que recibió el primer golpe.
Y esa es un poco la predisposición que los de Berdeyev/ Daniliants que presentaron en el Calderón, de inicio. Un poco contra pronóstico la verdad, porque se presuponía un cuadro ruso incluso aún más defensivo que en el ‘Olimp-2’. Pero no, la propuesta fue un tanto más alegre, por lo menos de salida. El cuadro ruso salió bien plantado, con una linea de medios que se multiplicaban en la presión y por ahí en los primer cuarto de hora el Atlético tenía muchos problemas para triangular. Los de amarillo forzaban balones largos para generar segundas jugadas, todo primario y directo.El partido fue prácticamente un monólogo, en posesión y ocasiones. Hasta en 32 veces disparó el equipo de Simeone sobre la meta de Dzhanaev, más de una decena de veces entre palos. Con una posesión en torno al 65%, con casi más de 600 pases para tratar de superar una defensa muy estática como la del Rostov. Griezmann salvó al Atlético sobre la bocina con un gol postrero, con gol legal, puesto que la prolongación había sido de un centrocampista del Rostov.
El asunto comenzaba más sospechoso de lo esperado y el Atlético contaba con la primera clara, clarísima, en la que una contra en la que Griezmann le tiró un caño a su marcador y habilitó un pase en profundidad a Carrasco. El belga, en vez de pegarlas de primera quiso perfilarse para asegurar más ángulo para pegarla y ahí se encontró con el cuerpo del meta Dzhanaev. Esa ocasión no entró pero fue un poco el cambio de interruptor del Atlético, comenzó a
carburar más y mejor a arrinconar al equipo rival. Un centro de Carrasco desde la frontal que prolongaba un jugador del Rostov y que Griezmann, de escorzo y media vuelta, colaba por la escuadra. El francés se reencontraba con el gol cuatro partidos después, lo necesitaba.
Hasta aquí ese Atlético algo más reconocible pero nunca sin encontrarse cómodo del todo. Reconocible, todo lo contrario que en la siguiente jugada, en la que Godín y Filipe estaban fuera de sitio lo que habilitó una contra fulgurante del Rostov en la que Sardar empataba cruzando el balón sobre Oblak para que el equipo rojiblanco encajase el primer gol en Champions en este curso. Un gol en contra extrañísimo de ver en el caso del equipo rojiblanco, por el descoloque de dos de los defensas. La segunda mitad se movió en los mismos parámetros. Un rival parapetado y un Atlético que buscaba y buscaba cómo hacer daño. Un disparo lejano de Carrasco por aquí, un cabezazo de Torres a pase de Vrsaljko por allá (por cierto, interesante el croata, mucha presencia ofensiva y centros peligrosos), un disparo cruzado de Koke... Simeone comenzó a mover efectivos, metió a Gameiro por Saúl hasta que Griezmann dio con la tecla
El Atlético remató hasta en 32 ocasiones; en un auténtico monólogo