Mundo Deportivo (At. Madrid)

Los siete pecados de la segunda parte

- Xavier BOSCH

Tras una primera parte espectacul­ar del Barça, en lo individual y en lo colectivo, con la dominación del partido en juego estático o al contraataq­ue, ante un City que iba con la lengua fuera, se llegó al descanso con empate a uno. Mal resultado para tan buenas sensacione­s. En cambio, en la segunda parte, el resultado fue pésimo y las sensacione­s fueron peores. ¿Qué pasó de un tiempo al otro para que el City se enchufara tanto y el Barça pareciese un equipo sin recursos?

Ahí van siete posibles diferencia­s entre la primera y la segunda parte.

1. La confianza. Hasta el fallo de Sergi Roberto, la fortaleza mental estaba en la cabeza de un Barça que, jugando a dos toques, sometía al rival. A partir del empate de Gundogan cuando veíamos a la mejor versión del Barça en la temporada, en el minuto 38, el rival se da cuenta -y su afición también- que la presión alta tiene premio. Y persisten buscando más fallos del Barça.

2. Intensidad. A partir de entonces, el hambre del City se redobla. La necesidad de les tres puntos les hace ir a tope contra un equipo que, ensimismad­o con su primera parte, piensa que si vuelve a hacer las cosas bien se acabará por llevar el partido. El Barça corre más lento, y corre tras velocistas con el balón, no está acostumbra­do y sufre.

3. Busquets como síntoma. En la primera parte lo hace todo bien y, en la segunda, sufre dos perdidas graves en los dos primeros minutos y, para colmo, comete la falta sobre Silva que se convierte en el 2 a 1. Si Busquets es vulnerable, el Barça pierde el faro.

4. Cambio de Rakitic. El croata se va del partido cuando falta media hora y el Barça ya va perdiendo pero, a partir de aquel momento, se rompen las líneas y el equipo de Luis Enrique se convierte en un correcalle­s. Poner a Arda en lugar de Rakitic fue el mismo cambio errático que en el último Barça-Madrid. 5. El palo de André Gomes. Si el portugués hubiera aprovechad­o el único balón que Luis Suárez tocó bien en toda la noche, el Barça igualaba el partido y se metía en la lucha a falta de 20 minutos. Pero el palo fue eso, un palo y la sentencia del partido. 6. De córner a favor a gol en contra. Si en el primer tiempo, una falta en contra acabó en gol a favor (fue una magnífica contra con pared de 80 metros, Messi-Neymar-Messi), en el segundo tiempo, un córner a favor acabó en el 3 a 1 en contra. La paradoja del tanto.

7. Neymar. El brasileño, que en la primera parte fue el mejor sobre el campo, yéndose de todos por donde y cuando quería, en la segunda entró mucho menos en juego y, cuando lo hizo, quiso resolver el partido por su cuenta. Él y todos, dejaron de buscar la solución como equipo y nos equivocamo­s. Vísteme despacio que tengo prisa hubiera sido un buen consejo

El Barça pasó de una mitad espectacul­ar a otra con pésimas sensacione­s

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FOTO: MANEL MONTILLA Neymar protagoniz­ó una primera mitad brillante pero en la segunda quiso resolver el partido por su cuenta
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