Bronca en el Etihad
SIGUE VIGENTE LA ESCARAMUZA de Messi con los miembros del City en el túnel de vestuarios, un partido que visto con frialdad no es tan valioso como el partido que el Barça disputará ante el Sevilla en el inexpugnable Sánchez Pizjuán. Tras desfigurarse en Manchester,
Luis Enrique no ha escondido que su equipo debe pasar por un riguroso control de ITV. El Barça se ha vuelto un conjunto camaleónico, tan luminoso como imperfecto y tan laborioso como vulnerable, con Messi o sin él. El City de
Pep acaba de poner al Barça ante el espejo y sobre todo Piqué e Iniesta tienen un peso fundamental. El Barça debe mostrar una notable mejoría ante un Sevilla feliz y pletórico que de la mano de Jorge Sampaoli acaba de golear al Dinamo de Zagreb y acaricia los octavos de Champions y en la Liga está a un punto de los barcelonistas y a tres del líder Real Madrid. Para algunos, este renovado Sevilla, la enésima obra de
Monchi, emerge como el cuarto en discordia para luchar por el título.
NO SERÁ FÁCIL QUE MESSI HAGA un ‘reset’ y olvide el final del Etihad Stadium. Todo estaba planeado para dar un golpe de autoridad, pero si alguien se moría de ganas por salir victorioso era Leo. El crack argentino salió enchufado, conectado hasta el punto de liderar los mejores minutos de la temporada fuera del Camp Nou. Empezó disfrutando y ofreciéndose, pero pasados los minutos se le detectó disgustado y enrabietado, primero al negarle el húngaro Kassai un posible penalti de Fernandinho y después discutiendo airado por las entradas de los jugadores ‘citizen’.
MESSI NUNCA QUIERE PERDER y por eso se sintió herido al entender que algunos miembros del City se choteaban y burlaban en lo que él consideró una celebración exagerada. En plena gresca se las tuvo con Arteta y también con un cercano colaborador de Guardiola, Domènec Torrent. Messi no guardará un buen recuerdo de este City