“Cumpliremos, pero en función del escenario”
El alcalde de Tarragona, Josep Fèlix Ballesteros, también presidente del comité organizador de los Juegos Mediterráneos, lamentó ayer no tener garantías financieras para celebrar los Juegos en 2017. Lo hizo poco después de que Alejandro Blanco expresase sus dudas sobre si Tarragona estará en condiciones de albergar el evento el añopróximo, como está previsto, y abriese un nuevo escenario: un aplazamiento.
Ballesteros emitió un comunicado, consensuado con Blanco, para lamentar que no haya “absolutas garantías de contar con la financiación necesaria” para cubrir el presupuesto operativo de los Juegos, cifrada ahora en 9 millones de euros que, en teoría, aportará el Estado. Pero ante la “necesidad” de informar y tranquilizar al Comité Ejecutivo de los Juegos en los plazos previstos, el COE y Tarragona 2017 usaron el comunicado para asegurar que “cumplirán con el compromiso adquirido”.
Eso sí, expresa Ballesteros que, junto con el Comité Internacional de los Juegos Mediterráneos, buscarán “la mejor solución en función del escenario actual”, y que “cualquier decisión se tomará de común acuerdo con las instituciones públicas que integran el Comité Organizador”, una frase que deja abierta la posibilidad de que los Juegos se acaben celebrando un año más tarde, en 2018.
Ballesteros gobierna Tarragona en coalición con Unió y con el PP, un pacto muy criticado en su día y que el alcalde defendió por las seguridades que, sobre la celebración de Tarragona 2017, le reportó el líder local del PP, Alejandro Fernández, exdiputado en el Congreso y actual diputado autonómico.
Los grupos municipales de la oposición en Tarragona (Ciutadans, CUP, CDC e ICV) coincidieron en subrayar la escasa colaboración estatal con el evento y la “mala organización” desde el municipio, lamentando la “mala imagen que daría a la ciudad” un aplazamiento