El City baja de la nube y cede el liderato
El destino fue cruel con el Manchester City, que vio cómo se le escaparon dos puntos en la última acción. Pep Guardiola casi cayó estupefacto por lo ocurrido, después de un partido en el que la calidad quedó miniaturizada por el resultado. Para preparar el choque, Karanka se inspiró en Escape Room, un juego de moda que tiene por objetivo resolver un enigma para que los participantes puedan salir de la habitación en la que se encuentran encerrados. Lo consiguió, porque maniató al City con su telaraña después de sacrificarse durante noventa minutos. Con solo una victoria en los último cinco partidos de la Premier, el City pierde el liderato (ayer le adelantó el Chelsea) y hoy puede ser cuarto si ganan Arsenal y Liverpool. El equipo de Guardiola bajó de la nube tras su triunfo ante el Barça.
El City se instaló desde buen comienzo en terreno ajeno, desde donde dominó con total libertad. Buscó el hueco, filtró pases precisos pero en todos aparecía un hombre del B oro, cuyo único deber era frustrar el ataque de los de Pep. Con Traoré y Negredo descolgados, el resto del equipo se parapetó atrás, seguro con Valdés en la portería. El catalán cuajó una actuación de gran nivel. Demostró que está totalmente recuperado, enseñó que sigue teniendo reflejos y salvó a su equipo hasta en dos ocasiones, erigiéndose en una de las figuras del partido.
A la tercera, sin embargo, fue a la vencida. El Middlesbrough había achicado demasiada agua, y el City encontró recompensa a su insistencia. Agüero se desmarcó y aprovechó una asistencia de lujo de De Bruyne para abrir el marcador (41’).
Empezó agitado el segundo tiempo, porque Negredo estuvo a punto de anotar desde la divisoria del campo. Bravo reculó y envió el balón a córner, pero el Boro era otro. El City había perdido la frescura y el domi-
nio territorial de la primera mitad, pero en los últimos veinte minutos los de Karanka acusaron el esfuerzo y cedieron espacio. Los locales, de hecho, tuvieron en las botas del ‘Kun’ la sentencia, pero su disparo se fue por encima del larguero.
Un jarro de agua fría
El Etihad estaba vaciándose poco a poco cuando saltó la sorpresa más inesperada. Con el tiempo casi cumplido, De Roon cabeceó el gol del empate que dejó al City sin respiración. Congeló la sonrisa de Pep, que hoy puede ver al Arsenal y al Liverpool como líderes