Costa tiene que regresar a puerto nada más salir
Sufrió una vía de agua y un fallo eléctrico pero Dídac confía en reparar antes de diez días
El catalán Dídac Costa era el primero en salir del puerto de Les Sables d’Olonne en la Vendée Globe o vuelta al mundo en solitario y sin asistencia. Eran las 8:50 de la mañana y tenía el honor de ser el que abría el camino de los 29 participantes en la regata más dura. Tras cuatro horas en alta mar, se daba la salida como es tradición a las 13:02 horas. El One Planet, One Ocean era conservador para evitar cualquier tipo de problema. Lo que no podía prever Costa era que a los pocos minutos de partir tendría dos averías de consideración sin saber muy bien por qué: una vía de agua y un fallo eléctrico general que afectaba entre otros elementos al piloto automático. Así, Didac a las 13:45 avisaba por radio a la organización que daba la vuelta y volvía a puerto.
A partir de ahí se puso en marcha todo el operativo de su equipo de tierra (Jordi Griso y Aleix Gelabert), y a las 15.35 volvieron escoltados por un barco de salvamento marítimo. Costa detectó una rotura del manguito del tanque de lastre a nueve millas de la salida y cuando navegaba a 12 nudos 25º. Su mayor problema en estos momentos es sustituir el generador de energía, que ha quedado totalmente inutilizado a causa de la entrada de agua en su interior.
Costa explicaba nada más llegar a tierra que “al ver el problema lo que hice fue desconectar toda la electrónica para evitar daños más graves y al estar cerca de puerto volver para revisar el barco. Al principio se me ha venido el mundo encima, pero ahora estoy más animado para reparar y volver a salir”. Costa tiene la posibilidad de recibir asistencia e intentar reparar para volver a salir dentro de los próximos diez días. Si no, será descalificado.
Tras las primeras horas de navegación los favoritos empezaron a marcar territorio en cabeza de la flota con el Edmond de Rothschild de Sébastien Jossé, Safran de Mor- gan Lagàvriere y PRB de Vincent Riou, separados por menos de una milla entre sí, buscando adentrar- se en el Golfo de Vizcaya