EL BARÇA SACA
El equipo azulgrana dominó de principio a fin al Real Madrid a pesar de sus cinco importantes bajas Tomic y Perperoglou lideraron al conjunto local, que deseo muchó más el triunfo que su eterno rival
Nada hacía presagiar una victoria azulgrana. Y mucho menos de la claridad de la vista ayer en el Palau. El Barça Lassa afrontaba el clásico con cinco importantes bajas (Ribas, Navarro, Doellman, Claver y Lawal) y tras unas últimas semanas de juego irregular y poco convincente. En el peor momento y ante el rival más duro, el equipo de Georgios Bartzokas emergió por encima de todos sus problemas para firmar una actuación impecable. Los azulgrana llegaron a mandar por 19 puntos antes de ver cómo los blancos maquillaban el marcador en la recta final (85-75) aprovechando el cansancio de su rival.
Lo había avisado Bartzokas en la víspera. “No solo es táctica, es básico el acercamiento mental al partido”, declaró. Al final la diferencia en el deseo fue lo que decantó el partido del lado local. El Barça saltó al parquet con muchas más ganas que el Real Madrid, que a pesar de los avisos de Pablo Laso se creyó que llegaba al partido como claro favorito. Lo era, es cierto, pero eso nunca debe afectar al talante con el que un equipo afronta un encuentro. El Madrid no supo abstraerse de la previsible debilidad del Barça y acabó pagándolo.
Ya muy pronto se pudo ver que el Barça iba a por todas para intentar exprimir sus opciones, por pequeñas que fueran. Un omnipresente Tomic lideraba el esfuerzo local y, con seis puntos seguidos, dio el mando a su equipo (11-5). Los azulgrana llegaron a ganar por 9 puntos (19-10) ya en el primer cuarto y aunque el Real Madrid cerró algo la brecha después gracias a los triples de Nocioni, la diferencia de intensidad rompió el partido antes del descanso. El Barça peleaba cada balón, lo movía con rapidez en ataque y defendía sin reservar nada a pesar de su escasez de efectivos (cuatro jugadores del B en el banquillo). Ante un Madrid bloqueado, los de Bartzokas se retiraron al vestuario con medio partido en el bolsillo (49-33).
Pero nadie pensaba que el encuentro estuviera decidido. Era difícil que los blancos jugaran peor y lo normal era que el cansancio acabara pesando a los azulgrana. Sin embargo, los de Laso no mejoraron lo suficiente y en el Barça irrumpió un sublime Perperoglou. Los puntos del griego frenaron cualquier intento blanco de reacción y el Barça alcanzó una máxima renta de 19 puntos en el minuto 32 (74-55). Con Llull, Rudy, Randolph o Carroll muy lejos de su nivel, Laso entregó su equipo a los teóricos secundarios y fueron Draper, Hunter y Nocioni los que devolvieron alguna opción al Madrid (76-68 a cuatro del final).
Un triple de Koponen frenó la reacción del Madrid, cuya frustración acabaría reflejada en la expulsión final de Nocioni. Al argentino no le sentó bien una canasta de Rice tras dejarle sentado y se encaró con el base del Barça, ganándose dos técnicas y la consiguiente descalificación. El Chapu se equivocaba: si las vergüenzas del Madrid quedaron expuestas ayer en el Palau no fue por culpa de ningún jugador rival sino por su propia apatía y falta de ganas