Mundo Deportivo (At. Madrid)

Murray cierra el círculo del ‘Big Four’

- Lluís Carles Pérez

“Nunca imaginé que sería número 1”, reconoció Andy Murray el sábado pasado, en su primera rueda de prensa tras confirmars­e que sería el lunes el nuevo rey del tenis. “Ha sido algo muy difícil de conseguir durante mi carrera por lo buenos que son los jugadores que tengo a mi alrededor, los que han estado por delante de mí. Son tres de los mejores jugadores que jamás hayan jugado a tenis”, añadió el escocés aludiendo a los tres números 1 anteriores que han definido el tenis del siglo XXI: el suizo Roger Federer, el español Rafa Nadal y el serbio Novak Djokovic.

Obviamente, Murray es un tenista descomunal, pero ha coincidido en el tiempo con tres de los mejores jugadores de la historia, de ahí que su llegada al nº 1 haya sido más tardía, ya con 29 años cumplidos. Federer y Nadal hollaron la cumbre con 22 y Djokovic lo hizo a los 24. Ellos han sido los tres tenores de la raqueta durante la última década, pero Murray, testarudo como pocos, siguió porfiando hasta meter el hocico entre ellos y ganarse un sitio en el denominado ‘Big Four’.

Él era el último componente de esos cuatro grandes al que le faltaba coronar su carrera con el nº 1. Murray, por tanto, ha cerrado el círculo del ‘Big Four’, ya todos con el trono a sus pies, igual que las grandes leyendas de generacion­es anteriores, léase Sampras, Agassi, Edberg, Becker, Wilander, McEnroe, Lendl, Connors o Borg.

Gracias a su fortaleza y pundonor, Murray se ha unido al club tras superar la ascendenci­a de Federer, Nadal y Djokovic, todos ellos con un palmarés mayor y balances favorables con Andy (ver cuadro adjunto). El británico ha perdido dos de cada tres partidos que ha jugado contra ellos (55 derrotas y 28 victorias), pero ha sido capaz de reinar igualmente en los Grand Slams (3 títulos), los Juegos (dos oros olímpicos) o la Copa Davis (2015). El nº 1 es la guinda de un pastel que tiene pinta de aumentar el volumen para Murray.

Su victoria en el Masters 1.000 de París fue el último empujón hacia la cima tras una temporada espléndida, resumida en ocho títulos (Roma, Queen’s, Wimbledon, Juegos de Río, Pekín, Shanghai, Viena, París-Bercy) y otras cuatro finales de mucha enjundia: dos Grand Slams (Australia, Roland Garros) y otros dos Masters 1.000 (Madrid, Cincinnati).

Masters y Australia

“Ahora que he conseguido el número 1, obviamente necesito resituar mis objetivos y encontrar la próxima meta que me motive y me empuje a ser aún mejor. No tengo idea de lo que puede pasar en los próximos cinco o seis meses, pero, obviamente, me encantaría ganar el Open de Australia, el próximo objetivo importante. He estado cerca varias veces y nunca lo he podido ganar”, reflexiona Andy.

Antes, sin embargo, jugará el Masters de Londres, del 13 al 20 de noviembre. “Ha sido un año fantástico y quiero acabar tan bien como pueda. No estoy pensando mucho sobre acabar el año como nº 1, simplement­e quiero jugar bien en Londres. No he jugado bien allí siempre y quiero hacerme justicia a mí mismo”, comenta Murray, con tres semifinale­s como mejor resultado en el torneo de ‘maestros’ (2008, 2010 y 2012)

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