McGregor-Álvarez, el inicio de una nueva era
¿Pueden las artes marciales mixtas desbancar la popularidad del boxeo? El interrogante puede comenzar a tener respuesta esta madrugada, con la última gran cita de la UFC. Su mayor mito, Conor McGregor, se mide a Eddie Álvarez en pos de los cinturones mundiales pluma, que posee McGregor, y ligero. Es el plato fuerte de un negocio creciente, que está logrando reunir bolsas de premios cercanas a las del boxeo, a excepción del Mayweather-Pacquiao del pasado año, el último gran show del boxeo.
McGregor, apodado ‘The Notorious’, es el dios de la UFC y de las artes marciales mixtas, y el combate hará historia ya desde antes de que comience: por primera vez un deporte de contacto que no es el boxeo consigue vender todas las entradas del mítico Madison Square Garden de Nueva York.
“El sábado por la noche seré inmortal”, dice McGregor, 28 años, en una cita parecida a la que adelantó Usain Bolt antes de los Juegos de Río. Conor es un irlandés de 65 kilos, lleno de tatuajes, que arrasa en las redes con más de siete millones de seguidores, y que es la imagen de marca de UFC, el acrónimo que abrevia el nombre de la empresa Ultimate Fighting Championship, cuyo crecimiento en los últimos años es mirado con recelo por el boxeo. McGregor era hace unos años un modesto fontanero en Dublín y hoy se pasea en un Rolls Royce personalizado con el que acudirá al Madison.
En el ring octogonal clásico de la UFC tendrá enfrente al campeón del peso ligero, Eddie Álvarez, cuyo cinturón también heredará McGregor en caso de victoria. “Estoy listo”, dice desafiante Conor, 17 de cuyas 20 victorias en la UFC llegaron por KO. Ese parece ser el destino de Álvarez, estadounidense de origen puertorriqueño (32 años) y especialista en el Brazilian Jiu-Jitsu. Destronó al brasileño Rafael Dos Anjos y no parece estar asustado por los ‘vaciles’ verbales de McGregor