El futuro es Messi
LA SITUACIÓN DE CONDENA DE MESSI y su padre no es idílica pero el relato de su recurrente marcha del FC Barcelona no es tan redondo ni convincente como el que algunos quisieran. Si Messi hubiera pensado en marcharse su padre y Bartomeu no estarían manteniendo contactos frecuentes dibujando escenarios de su octavo contrato, tratando de agendar reuniones preliminares con abogados, fiscalistas y demás agentes, ni se hubieran citado para después del puente de la Constitución; si Messi no estuviera tan convencido de poder voltear con su recurso el fallo de la desproporcionada condena de 21 meses de cárcel por sus delitos fiscales no estaría fresco mentalmente para seguir maravillando con su juego y deleitando a los amantes del fútbol; y si a Messi se le ve pletórico es porque el Barça está haciendo el esfuerzo de renovar a Neymar, Luis Suárez, Iniesta y demás cracks que forman su hábitat para que la hegemonía del equipo dure muchos años.
EVIDENTEMENTE, EL BARÇA se está preparando para el contrato más importante que jamás haya firmado a un jugador. Ni los allegados de Messi ni el club quieren cometer viejos errores y pasar por trances conocidos, de ahí que se aventuren unas negociaciones largas. Antes, probablemente, se sabrá en qué queda el recurso de la condena que le impuso la Audiencia Provincial de Barcelona en julio de un proceso iniciado en junio de 2013 y que se regularizó meses después ante la Agencia Tributaria.
TANTO EL BARÇA COMO EL ENTORNO del argentino mantienen la calma. Es cierto que Messi se desanimó en verano al tener noticia de una sentencia dura y mediática que dañaba su imagen y que algunos clubs, como el City, aprovecharon la coyuntura para acercársele. Pero su deseo íntimo es el de seguir ligado al Barça por muchos años, una predisposición que coincide con la del Barça para que pueda inaugurar el nuevo estadio en 2022