Un informe con mucha épica
El Informe Robinson en #Cero (Movistar+) llevaba al espectador a leer entrelíneas
Otro Informe Robinson este mes de noviembre. Dos semanas seguidas. ¿Qué está pasando? En esta ocasión nos encontramos con dos relatos con mucha épica, donde la superación personal juega un rol muy importante.
El primer caso es el del ciclista Adriano Malori. Después de sufrir una gravísima caída a principios de este año, en el Tour de San Luis (Argentina) su hemisferio izquierdo del cerebro quedó dañado, perdiendo el control del lado derecho de su cuerpo. Informe Robinson (con la colaboración especial de Mónica Marchante) resume su evolución para recuperar la movilidad de su pierna y brazo derechos. Impactante como el reportaje, gracias a imágenes de archivo, logra evidenciar los progresos de Malori en sus ejercicios diarios y con un enorme empeño. También delata un tesón del ciclista asombroso que va más allá del deseo de simplemente recuperarse.
El otro Informe retrata a Iñaki Williams, el jugador de raza negra del Athletic Club. Explica sus orígenes, las dificultades de su entorno familiar para salir adelante, su esfuerzo e integración en el equipo y como la sociedad vasca le ha aceptado con naturalidad. En este reportaje juega un papel importante el sentido del humor del futbolista, logrando una buena conexión con el espectador.
Ambos reportajes llevan al espectador a reflexiones que quedan fuera de la narración pero que es inevitable que llegue a ellas. En el caso de Malori, dudas si el objetivo profesional marcado por el ciclista es factible e incluso aconsejable. En el caso de Williams ,se acaba haciendo un retrato de la integración de la población subsahariana en Bilbao que deja algunos aspectos entre líneas, sobre todo a nivel de la aceptación y normalización de las personas de raza negra en esa sociedad (y en el club de fútbol). Se explica, casi, como algo inaudito. La épica de las historias conlleva una faceta políticamente correcta que arrastra el relato. La habilidad de sugerir e inducir a ciertas reflexiones de manera sutil es también un mérito que deben compartir, a partes iguales, el programa y el espectador