Leo, el más tranquilo
Es verdad que el verano fue más que difícil. Caer de nuevo ante Chile por penaltis, en la final de la Copa Centenario, revolvió las entrañas de Messi y en los pasillos del MetLife de Nueva Jersey sentenció la cuestión: “Se terminó la selección. No es para mí. Lamentablemente lo busqué, era lo que más deseaba, pero no se dio”.
Era 27 de junio y la renuncia de Messi se prolongó 45 días larguísimos. En Argentina y en Barcelona porque, también aquí, los mejores amigos de Leo, con Pepe Costa a la cabeza, tuvieron que emplearse a fondo para revitalizarle y procurar que viera las cosas de otro modo. Las de allí y también las de su día a día.
Hoy es todo distinto. Los apoyos han consolidado a Messi. Líder, por más que digan, con Argentina y líder con el Barça, los más allegados a Leo aseguran que está más tranquilo que nunca y que nadie. El club está actualizando los contratos de sus compañeros, el Barça y su padre saben lo que él quiere. Ahora no hay por qué preocuparse