El presidente de las dos áreas
El central estuvo inmenso en defensa, le anularon un gol legal y reclamó un penalti
Debía ser el día de Paco Alcácer y acabó siendo la jornada de Piqué como delantero centro. Perdido, el exvalencianista no aportó más que una presencia testimonial y el Barça debió encomendarse al central para sacar adelante el partido. El agónico recurso de los balones colgados al cielo en busca de un milagro que sin el dios del fútbol, sin Messi, casi nunca sucede.
Un esguince en un ligamento del tobillo le había impedido intervenir en los últimos cuatro partidos. Y Piqué demostró estar más que recuperado. Estuvo mayúsculo, impecable, asumiendo una autoridad defensiva que vale millones, chafando todos los intentos del Málaga por generar ocasiones y barriendo el peligro con un oficio innato. Pero el canterano también mira hacia adelante y ayer no dejó de hacerlo. Con el equipo atascado y el marcador peligrosamente a cero, tuvo arrestos para subir y bajar sin importar el kilometraje. Para eso es el presidente vestido de corto.Subió a rematar los córners, las faltas y los balones bombeados y llegó a marcar, sí. Fue un centro desde la izquierda que André Gomes cabeceó al larguero. El balón le cayó a los pies y lo enchufó a la red. El colegiado De Burgos Bengoetxea lo anuló por un fuera de juego inexistente del portugués. Se llevó las manos a la cabeza asombrado.
Faltando veinte minutos, Luis Enrique le ordenó que fuera un delantero más junto a Alcácer, y se le vio más que al ‘9’. Pero su principal problema y el del Barça no fue solo el árbitro sino también Kameni, que se alzó como un muro infranqueable. Chocaron varias veces, sin que el azulgrana lograra tumbarlo. También se las tuvo con los defensas, con los que forcejeó. Hubo agarrones y un exceso de faltas mutuas. En una acción con Villanueva en el minuto 84, Piqué le ganó la posición en el área para llegar a un balón que parecía tener controlado el defensa. Cayó reclamando un penalti. Hubiera podidos er el héroe