Mundo Deportivo (At. Madrid)

Héroe a base de paradones

El portero hace historia como Iribar: cuarto partido sin encajar en el Camp Nou

- G. Sans Barcelona

El partido parecía ideado para un héroe azulgrana, alguien capaz en el último minuto de derribar el muro andaluz. Y el guión del partido señaló primero a Neymar y después a André Gomes. El crack brasileño cazó un balón centrado desde la derecha que el Camp Nou cantó como gol; el portugués se revolvió en el área disparando sin contemplac­iones. Pero esta vez la gesta llevaba la firma de Kameni, el portero del Málaga. En la primera acción voló para rechazar el remate, mientras en la segunda desplegó sus manoplas taponando la dirección del esférico.

Hoy, el portero camerunés, que llegó a la Liga avalado por el legendario Tommy N’Kono y que bajo sus manos acabó por pulirse en el Espanyol antes de acabar en el Málaga, verá su nombre en todos los titulares. El Camp Nou suele inspirarle. Es, junto al mítico Iribar, el único que ha dejado a cero su portería en cuatro encuentros. Y eso no es una empresa sencilla ante un equipo, como el de Luis Enrique, acostumbra­do a marcar siempre en casa. La anterior vez que se quedó a cero en el Estadi, y de eso hace 48 largos partidos, fue precisamen­te ante el club andaluz el 21 de febrero de 2015. Fue un 0-1.

A Kameni le va el Barça. Su lista de paradones es larga. Ayer, a los veinte minutos ya advirtió a los azulgrana que se estaba agigantand­o. Despejó un balón envenenado de Rafinha que recordaba vagamente a aquel de Messi al Sevilla. Le quitó otra a Piqué y fue el dolor de cabeza de Arda, Denis y también de André Gomes. Fue una auténtica pesadilla. Quienes le conocen aseguran que no ha olvidado aquel tanto que Leo le marcó con la mano. Nunca entendió por qué la prensa lo calificó como la mano de Dios. Acabó esta vez “reventado”. El fútbol ha terminado por recompensa­rle. Le sobró la teatralida­d de unas molestias en el muslo para estirar el reloj y perder tiempo

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