El ‘legado’ del Atlético sobrevivirá al Calderón
El coliseo colchonero se despidió de 50 años de derbis ante el eterno rival, con la emoción por bandera
El legado. Fue la frase escogida por la afición del Atlético para despedir con su mosaico la historia de los derbis en el Calderón. Es una palabra que no está escogida al azar, a la ligera, que no está seleccionada frívolamente. La palabra ‘legado’ explica en gran medida qué es ser del Atlético. Es una cuestión en la mayoría de los casos generacional, de padres a hijos. Sabina lo cantaba en el himno del Centenario. “Para entender lo que pasa hay que haber llorado en el Calderón, que es mi casa. O en el Metropolitano, como lo hacía mi abuelo, con mi papá de la mano”.
El Calderón echaba el telón a medio siglo de batallas a orillas del Manzanares ante el eterno rival. Quizás la Copa y la Champions deparen uno más, sería deseable. Para muchos, ajenos a este asunto, los derbis madrileños serán sólo un partido más, pero para una parte importante de los mismos, en este caso la afición del Atlético de Madrid tiene que ver con cosas más profundas. Con el esfuerzo, con el trabajo, con la pelea contra lo establecido, contra la soberbia, la altanería, contra el poderoso, con el orgullo de saberte diferente y en el colegio rodeado de chavales con la camiseta blanca o azulgrana. Tiene que ver con entender que, como defiende Fernando Torres, él sabe, “lo que se logra con esfuerzo sabe mucho mejor”. Defiende el Niño que mucha gente es del Atlético sin saberlo y eso tiene que ver con el ‘legado’, independientemente de resultados como el de este sábado. El Atlético trasciende a esas nimiedades y así tienen que entenderlo aquellos que son rojiblancos, que lo siente desde el corazón. Ser del Atlético es una lección vital, una enseñanza para sobrevivir a tiempos difíciles. Ya saben, “si se cree y se trabaja, se puede”. Simeone ‘dixit’. A aquellos que no lo sientan les parecerá raro, pero cualquiera de los miles de aficionados que este sábado llenaban el Calderón o aquellos que padecían delante de los televisores, sí que lo comprenderán. El Atlético es como la vida, mucha pelea, sinsabores, sacrificio para de vez en cuando ganar y disfrutarlo como si no hubiera mañana.
Y lo de este medio siglo de derbis en el Calderón fue una pelea continua contra el pudiente de la ciudad, contra el poderoso. Una pelea continua de raices familiares, de irreverencia, de títulos, porque sí, más que le pese a muchos, el Atlético es un equipo ganador y lo fue durante toda su historia. Estas gradas del Calderón lo vieron muchas veces. Muchísimas. Una Intercontinental, varias Ligas, alguna Copa...
Sinsabor del último derbi
Por todo eso, lo que sucedió este sábado en el Vicente Calderón no es lo que habrían deseado los hinchas colchoneros, qué duda cabe, pero es parte de lo que el Atlético es, un club y una hinchada que se levanta una y otra vez cuando hinca la rodilla. Lo ha hecho históricamente, porque es parte de su esencia, del ‘legado’ de padres a hijos. Si el asunto no sale hay que volver a salir a la calle, orgulloso, con la cabeza alta, con la camiseta del Atlético como decenas de niños tras la final de Milán.
La afición colchonera empujó hasta el final y estuvo a la altura del histórico partido Emocionante acto final para un escenario que vivió grandes noches de rivalidad
Porque ni el gol de rebote de Cristiano, ni el palo de San Siro, ni las canalladas arbitrales, que las hubo durante todas estas décadas, separan a los rojiblancos de lo que son. Los colchoneros estuvieron al lado de su equipo, empujando hasta el final y ayer si no pudo ser, esta ‘guerra’ no cesará jamás. En el curso que viene será con otros protagonistas, en otro escenario, mirando de frente al futuro. Y Sabina y Pancho Varona tendrán que añadir una línea, para las nuevas generaciones que, ganando o perdiendo, de la mano de su abuelo, del papá o la mamá, pelearán contra lo que para muchos sólo es un equipo de fútbol; pero para ellos es vencer al propio sin sentido de la vida