Manchester se convierte en la ciudad del empate
Manchester es tierra maldita para sus dos vecinos futbolísticos. A pesar de que para la mayoría de equipos jugar como local tiene más ventajas que hacerlo a domicilio, United y City parecen ser la excepción que confirma la regla. Desde el pasado 2 de octubre, acumulan entre ambos siete partidos consecutivos en los que Old Trafford y el Etihad solo han sido capaces de retener un punto en cada uno de ellos. Una estadística negativa que ha ido distanciando al cuadro de Mourinho de Europa y del liderato a los hombres de Pep Guardiola, cuyo inicio demoledor contrasta con la sucesión de empates inesperados.
“Fuera lo hacemos bien, pero en casa estamos fallando”, reconoció el entrenador catalán tras la victoria de su equipo ante el Burnley. Hasta seis puntos se han escapado de su feudo tras enfrentarse al Everton, al Southampton y al Middlesbrough. Con el mismo marcador (1-1), los tres partidos poseen un factor en común: el City mereció ganar. En el choque frente al conjunto de Koeman se fallaron dos penaltis, mientras que en los otros dos generaron suficiente peligro para acabar llevándose el triunfo.
No muy lejos de ese argumento está el Manchester United, cuyos tropiezos les han ido alejando progresivamente del Chelsea. Cuatro empates consecutivos en dos meses en los que la efectividad sigue siendo la materia pendiente de los de Mourinho. Ante el
Stoke (1-1) y el Burnley (0-0), los diablos rojos dispusieron de una cantidad ingente de ocasiones para ganar, pero la mala puntería evitó que el United se fuera con una sonrisa. “Fue injusto”, repitió el preparador luso varias veces al repasar las actuaciones de su equipo. También fueron superiores al Arsenal (1-1) y al West Ham (1-1), pero es el gol lo que importa y no las veces que se trata de llegar a él.
Hoy, nueva oportunidad
Esta noche (21h.), sin embargo, el United tiene otra ocasión para romper su maleficio. El West Ham vuelve tres días después a Old Trafford en los cuartos de final de la EFL, una competición menor pero a la que puede aferrarse el conjunto de Mourinho antes de abrir un mes de diciembre frenético. En sus manos está que le quiten a Manchester la etiqueta de la ciudad del empate