Mundo Deportivo (At. Madrid)

“SI NO HABÍA PISTA, ENTRENABA EN EL CAMPO”

- Begoña Villarrubi­a

Sus 1,92 metros de estatura y su inmensa sonrisa son las credencial­es de Yulimar Rojas, subcampeon­a olímpica en Río y campeona mundial en pista cubierta en triple salto. La atleta venezolana de 21 años, discípula del legendario Ivan Pedroso, acaba de fichar por el FC Barcelona, club con el que espera lograr grandes hitos. En poco más de un año ha pasado de ser una niña humilde que debía entrenar muchas veces en el campo por falta de instalacio­nes a una estrella emergente del atletismo mundial. ¿Cómo está viviendo su fichaje por el FC Barcelona?

Está siendo un sueño. Uno de mis objetivos era conseguir medallas pero también contar con un club grande detrás. Pertenecer al Barça supone un enorme compromiso y responsabi­lidad. Llevar los colores de este hermoso club y formar parte de esta familia es algo muy grande. ¿Cree que su llegada servirá para impulsar el atletismo en un club donde el fútbol es lo más reconocido? Creo que sí, que servirá de empuje para que muchas personas que no conocen esta sección se fijen en mi y digan “¡Guau, cómo salta esta chica!, ¡Cómo lo hace!”. Es algo muy bonito. ¿Qué conocía del Barça?

Vine a Barcelona a principios de año a competir, pero no conocía el Camp Nou. Es increíble. Estoy muy impresiona­da con estas instalacio­nes. Sigo mucho a Neymar, a Messi, a Luis Suárez... en mi país se ven como unos Dioses. Yo los sigo por redes sociales y por televisión, me gusta mucho su juego. Espero un día poder estrechar sus manos y decirles en persona cuánto los admiro. Representa­rá al Barça en las competicio­nes internacio­nales, pero ¿cambiará su día a día? Mi dinámica diaria de trabajo va a ser la misma de siempre. En Guadalajar­a vive mi entrenador y allí tenemos nuestro centro. A veces viajamos a Madrid para preparar un evento porque el frío es insoportab­le... Llegué a España el pasado mes de noviembre y desde entonces he ganado una medalla olímpica y un Mundial, siento que venir aquí era el paso que necesitaba para dar el salto definitivo. Contactó con Ivan Pedroso por Facebook, ¿cómo empezó su relación? Es algo loco que se me ocurrió, jaja... Vi que Ivan tenía ‘Face’ y le envié una solicitud de amistad. Cuando me aceptó, le dije que le admiraba mucho y que para mi sería un honor poder entrenar con él. Él había visto videos míos, me conocía y aceptó. No me lo podía creer. Me dijo que tenía mucho talento, que era un diamante en bruto que había que pulir y hasta ahora lo está haciendo. Se hicieron los trámites con mi Federación y comencé una nueva etapa con el legendario Pedroso, una etapa fascinante. ¿Qué le aporta Pedroso para haber llegado tan lejos en un tiempo récord? Sobre todo tenemos mucha química, confianza mutua. Él siempre ha creído en mí, me dio un voto de confianza cuando más lo necesitaba. Luego me ha inculcado la lucha y el esfuerzo diario para conseguir mis objetivos. En apenas un año hemos llegado muy lejos, pero sé que aún falta mucho por hacer y que han de venir más títulos. ¿Cómo vivió la final olímpica en Río ante la colombiana Caterine Ibargüen? Fue una final muy intensa Caterine tiene el don de que sale a competir desde el principio y eso es algo que yo debo aprender, a darlo todo desde el primer salto. Ella tiene un corazón muy fuerte y lo entrega todo a la hora de saltar. He aprendido mucho de ella, es una tremenda competidor­a, pero creo que ahora vienen grandes cosas para mí. Tengo mucho que aportar y sé que puedo llegar a ser mucho mejor. ¿Cuáles son sus metas más inmediatas?

El 28 de enero debuto como atleta del Barça, algo que me hace mucha ilusión. Después afronto las pruebas de la Diamond League y el Mundial de Londres, donde espero conquistar medallas. Con sólo 20 años, ¿qué trayectori­a desearía hacer en su vida?

He empezado muy bien y me gustaría sobrepasar lo que hizo mi entrenador. Voy fuerte, ¿no? Jaja... Conseguir nueve títulos mundiales no es imposible, de momento ya tengo uno. Vamos por ahí. Y otra meta es lograr que en mi país haya más ‘Yulimares Rojas’, pienso que en Venezuela hay mucho talento y atletas muy buenos pero faltan recursos. Me gustaría ser un ejemplo para ellos, que no sólo me reconozcan mis paisanos por las medallas sino por todo lo que aporté al atletismo de mi país. Mide 1,92 m., una estatura insólita en Venezuela

Sí, mi abuelo también era muy alto. Es algo muy raro porque en mi país somos todos bajitos. Yo siempre he sido la más alta en todas partes, en la escuela, en los entrenamie­ntos, en la calle me miraban raro y exclamaban ¡qué alta es esta chica! Pero mi estatura es una ventaja porque la combino con la agilidad. Mis piernas largas unido a mi elasticida­d son de gran ayuda en el triple salto. Intento sacarles el máximo provecho. Viene de una familia con seis hermanos muy humilde ¿Tenía dificultad­es para entrenar? En mi país no tenemos una pista sintética acorde con lo que necesitamo­s los atletas. Yo entrenaba en una pista muy deteriorad­a y no tenía ni un gimnasio para trabajar mi fuerza. Los venezolano­s nos caracteriz­amos por ser muy luchadores. Si no había pista, me entrenaba en el campo. Como sea, pero entrenaba. Allí superamos todo lo que se nos ponga por delante para hacernos más fuertes. Ahora es un ídolo en Venezuela

A mi me gusta recordar mucho mis raíces, pienso que nunca debes olvidar de dónde vienes pero tampoco a dónde quieres ir. Era necesario estar lejos de mi familia, de mi gente y del lugar donde me he criado para conseguir mis metas. Aquí tengo todo lo necesario para triunfar

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FOTO: PERE PUNTÍ Yulimar Rojas posa en las gradas del Camp Nou La atleta venezolana, plata olímpica en triple salto, asegura que es un sueño haber fichado por el Barça

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