Suplentes, suplentes; suplentes, titulares
Muchos especialistas sostienen que, hasta ahora mismo, la gran diferencia entre el Barça y el Madrid -muy pero muy castigados ambos por las lesiones- reside en que los suplentes de Zidane han mostrado nivel de titular cada vez que les ha requerido, mientras que los suplentes de Luis Enrique han dado nivel de suplentes cada vez que han sido titulares.
El análisis, individualizado que no colectivo siendo la esencia grupal, no va desencaminado. Los habituales del banquillo del Madrid juegan desacomplejadamente en cuanto pisan la cancha. Los del Barcelona, en cambio, acusan la responsabilidad y no parecen, ni de lejos, los futbolistas que eran cuando en sus equipos conocieron el interés blaugrana.
Y puede que la culpa no sea sólo de ellos. Desde dentro (los técnicos) y desde fuera (los medios) les hemos dicho tantas veces que son peores futbolistas que los que ya estaban, que quizás les hemos convencido. Porque, efectivamente, los suplentes (excepto Umtiti) parecen haber asumido que, hagan lo que hagan, esa es su condición. Entrar para salir, no para quedarse