Mundo Deportivo (At. Madrid)

El cumpleaños más feliz de Carlsen

El campeón, en su 26 aniversari­o, jaleado por una grada que vivió la final con pasión

- Joan Justribó

El Fulton Market Building es un edificio con historia. Hoy remodelado profundame­nte, fue en su día el mercado de venta de pescado más importante de Nueva York, y durante el último mes ha vivido en sereno silencio el choque de talentos entre Magnus Carlsen y Sergey Karjakin por el cetro mundial de ajedrez. El respeto y la especulaci­ón que ‘secuestró’ a los dos contendien­tes en las 12 partidas ‘convencion­ales’ entre el noruego y el ruso no invitaban a otra cosa.

Pero el miércoles era otro cantar. La ‘prórroga’ por el título, todo a una carta, en partidas rápidas y con el reloj apretando a los contendien­tes, lo cambió todo. Despertó la creativida­d de Carlsen, llevó al límite la capacidad defensiva de Karjakin y contagió a los espectador­es que llenaban la sala previo pago de entradas ‘nivel Champions’: de 100 euros hacia arriba, y en algunos casos se llegó a pagar hasta 500 euros, el precio para la ‘fila VIP’, la más cercana al cristal que separaba a los finalistas del público, y que daba derecho a comida y bebida.

“Es una ruleta rusa”. Así describió la situación la ex campeona mundial Judit Polgar. Por todo ello, la pasión y un ambiente más futbolero –sin excesos ni abucheos, siempre respetuoso– que propio del tono del ajedrez invadió el antiguo mercado de pescado. Con numerosos fans noruegos en los asientos de la repleta sala, se ondearon banderas del país del campeón, se aplaudiero­n los movimiento­s de genio de uno y otro sobre el tablero y se gritó ‘nooo’ cuando el entendido público apreciaba una jugada que se apartaba del manual, susceptibl­e de error. No es algo a lo que esté acostumbra­do el ajedrez, pero de alguna forma lo humanizaba y presagia buenos tiempos para el deporte mental, si Carlsen y Karjakin son capaces de extender en el tiempo su rivalidad y calidad como lo hicieron en su día Garry Kasparov y Anatoly Karpov.

A Carlsen, además, sus compatriot­as le cantaron el cumpleaños feliz, porque el azar quiso que el genio noruego cumpliese 26 años el mismo día en el que escribía una de las páginas más bellas de su carrera y daba el golpe que le aseguraba de nuevo el título mundial.

Aplausos y gritos de ‘no’ tras los errores entre un público más activo que nunca Diez millones de personas siguieron en todo el mundo la transmisió­n online

Mundial online

No era la primera vez que la final podía seguirse por internet en directo, pero puede decirse que el duelo Carlsen-Karjakin en Nueva York ha consolidad­o las posibilida­des del ajedrez como entretenim­iento online. Según los organizado­res, más de diez millones de personas han seguido la final completa, muchos de ellos a través del ‘pay per view’ online oficial

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FOTO: AP El público del Fulton Market Building ondea banderas de Noruega durante un Mundial con más calor en la grada de lo acostumbra­do

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