NADAL, VIA LIBRE
El balear ganó con autoridad a Baghdatis (6-3, 6-1 y 6-3) y se enfrentará en tercera ronda al joven Zverev Djokovic, con quien podía encontrarse en ‘semis’, cayó de forma sorprendente ante el uzbeco Istomin
El Open de Australia, el primer Grand Slam de la temporada, se le ha puesto muy de cara a Rafa Nadal. El balear no sólo está exhibiendo su mejor versión sino que además ha visto cómo el favorito en su camino del cuadro, Novak Djokovic, nº2 mundial y con quien podía encontrarse en semifinales, cayó de forma sorprendente ante el uzbeco Denis Istomin, 117 del mundo. Fue la noticia del día en una jornada muy propicia para los españoles.
“Cualquier día puedes perder. Nada es imposible. Supongo que la calidad de los jugadores va subiendo y subiendo cada año. Todos mejoran. Todos son más profesionales y son mejores en pista”, admitía el campeón en seis ocasiones y defensor del título en los dos últimos años, un Djokovic que dijo adiós de forma inesperada.
Lo cierto es que el camino ha quedado bastante despejado para Nadal con la ausencia del serbio, aunque en tercera ronda tendrá a un rival de altura, el alemán de origen ruso Alexander Zverev, 19 años y 24 del mundo, un tenista que está llamado a ser el futuro más inmediato del circuito.
De momento, el mallorquín se pasea por Melbourne con autoridad. Si en su estreno arrolló a Florian Mayer, ayer confirmó sus buenas sensaciones con un partido que dominó de principio a fin ante el veterano chipriota Marcos Baghdatis, finalista en 2006, por un cómodo 6-3, 6-1 y 6-3 en dos horas y 13 minutos.
Nadal se sacó del sombrero su mejor versión y ofreció un recital de recursos en la pista: derechazos imposibles desde el fondo, un revés cruzado letal y un juego desde la red muy sólido ante un rival muy luchador, que aguantó la embestida hasta el final. Con 21 gracerrando dos y la jornada en la Rod Laver Arena, Nadal hizo bueestadística na la y ganó por 9ª vez en diez encuentros ante Baghdatis (solo perdió en Cincinnati 2010). El balear tuvo el partido controlado en todo momento, aunque sí le hizo sudar su rival y de hecho el marcador final tampoco refleja el duelo intenso y profundo entre ambos jugadores. En la primera manga, Baghdatis dispuso de dos bolas de ‘break’ que hubieran cambiado el rumbo del encuentro, pero Nadal se mostró firme en los momentos clave, sacando sus golpes ganadores (32, frente a los 28 de su debut). Su cuenta de errores no forzados fue de 33. En la segunda manga, el balear impuso su dominio con autoridad y en la tercera, siguió la misma tónica, con un triunfo de calidad.
Nadal dijo sobre su próximo rival que “es uno de los mejores jugadores del mundo, y seguro que ganará Grand Slams si sigue con el progreso que lleva. Tiene una gran oportunidad de convertirse en el futuro número uno del mundo. Si es capaz de seguir mejorando de la forma en la que lo está haciendo, no tengo duda de su potencial, que ya es muy alto”.
Istomin dejó fuera a Djokovic por 7-6 (10), 5-7, 2-6, 7-6 (5) y 6-4. “Me quito el sombrero ante Denis”, dijo el serbio, para resumir la actuación del uzbeco. Djokovic no cedía tan pronto en un Grand Slam desde 2008, cuando perdió en segunda ronda de Wimbledon ante el ruso Marat Safin, hasta que apareció Istomin, 117 del mundo, a su paso por Melbourne. “Todo el mérito es para él porque ha jugado increíble. Ha elevado el nivel cuando ha sido necesario. Ha sido agresivo. Ha estado genial en todas las áreas”, destacó un resignado ‘Nole’