Mundo Deportivo (At. Madrid)

Semana para el recuerdo

-

Deben haber pasado 60 años o más. Recuerdo que de chaval -yo también fui chaval- llegué al piso de la Calle Vallespir donde vivía con mis padres y hermanos muy contento porque había conseguido la firma de César, el ‘8’ o el ‘9’ del Barça, a la salida de un entrenamie­nto en el campo de Les Corts. Mi padre me preguntó: “¿Cómo ha sido esto que le dijiste?”. Y yo: “¿Me das un autógrafo?”. Mi padre saltó: “¡Cómo se te ocurre hablar de tú a una persona mayor, a un jugador del Barça!”. Todo esto en catalán, ya que en mi casa siempre lo hemos hablado, faltaría más. “Es una falta de respeto, que no se repita”, concluyó. Eran otras épocas, pero para mí fue una lección que aún recuerdo. Y ello me llevó a que nunca, nunca, haya silbado a un deportista -aunque acepto que otros lo hagan- y en especial me sirvió para ver todo lo del Barça como algo de valor importante.

Los presidente­s me parecieron personajes de otro nivel, capitanes con mando de altura superior. Por circunstan­cias diversas, a mitad de los 60, entré en los juveniles del club como ayudante de Paco Rodri, el entrenador responsabl­e. Y allí estaba tan feliz entrenando a los jóvenes a partir de las siete de la tarde en el campo de tierra donde ahora está el Mini cuando el año 1969 Montal ganó las elecciones, ficha a Buckingham de entrenador y, de carambola, llaman para ayudar a alguien como traductor. En aquel momento yo entro en el vestuario del Barça, de mi club, un sueño. Y muy pronto, de enlace con la directiva. Entonces, el engranaje era sencillo. Como decía aquel, éramos ‘cuatro y el cabo’. Conocí a Agustí Montal en el día a día en su despacho en La Masia. Temas del equipo en las oficinas del club o, a veces, en su empresa de la Calle Trafalgar junto a su hermano. Este contacto con él y con su gente, Carrasco, Millet, los Amat, Grau, Vilaseca, Gonzalvo... me impactó de blaugrana y de país. Lo de Guruceta, lo del 0-5 en el Bernabéu, el fichaje de Cruyff, el del ‘Cholo’ Sotil, las negociacio­nes anteriores con Netzer resultaron una escuela de gran valor para mí. Luego, con los años, seguía en contacto con Montal, hombre sencillo, afable, tranquilo. Nos ha dejado de forma silenciosa y nos hemos quedado consternad­os al conocer la noticia. Estas cosas incontrola­bles; lo que tiene la vida.

Y en la misma semana, la directiva ha decidido, con motivo del aniversari­o de lo de Johan, presentar el acuerdo para que el futuro Mini lleve para siempre su nombre, poner una estatua en el propio Camp Nou y pedir al Ayuntamien­to que cambie un nombre de una calle para que todo el mundo recuerde al astro holandés. La oferta y el acuerdo han sido recibidos con grandes “¡Oh, oh, oh!” por los ‘pros’, nadie ha levantado ni una voz en contra -que las hay- pero ahora callan. No vale la pena, dicen. Y los ‘trompetero­s’ han disfrutado de su día. A mí me parece que lo sucedido es bueno. Cerrar heridas es una constante en nuestro club. Primero nos herimos y luego hay que curarse. Bartomeu ha estado en su papel de hombre bueno y conciliado­r. Espero que sea un final, final. Yo, que he vivido todas estas tensiones de cerca, digo: “Yo soy de Cruyff pero soy sobre todo del Barça. Soy del Barça hasta el día que me vaya... aunque a veces algunos lo pongan en duda. Así es esto. Lo conozco muy de cerca”

Cerrar heridas es muy de nuestro club. Primero nos herimos y luego hay que curarse

 ?? FOTO: T. GIBERT ?? Agustí Montal, con Johan Cruyff El presidente se fue un año después de Johan
FOTO: T. GIBERT Agustí Montal, con Johan Cruyff El presidente se fue un año después de Johan
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain