Mundo Deportivo (At. Madrid)

Año que acaba en ocho, año de voto de censura

En dos décadas, se han iniciado cinco procesos de moción, de los que solo dos llegaron a las urnas

- JOAN POQUÍ

La moción de censura se ha consolidad­o como uno de los fenómenos habituales en el entorno del Barça desde 1998, aunque cada reforma estatutari­a ha endurecido los requisitos: hoy hacen falta unas 16.000 firmas para forzarlo

2017 no es año de voto de censura. Por lo menos, según la cadencia propia del Barça. En los últimos veinte años, dos procesos de moción han obtenido firmas suficiente­s para llegar a las urnas; una en 1998 y otra en 2008. Tocaría, pues, abrir las urnas para decidir si hay que echar a la junta en 2018. Pero no en 2017. Por ahora, pese a las ruidosas andanadas de Agustí Benedito, uno de los promotores precisamen­te de la moción de 1998 como parte del ‘Elefant Blau’, ni siquiera está abierto el proceso de moción de censura, sino que lo que hay es... bueno, es difícil definir en qué consiste la acción de Benedito. Tal vez: ‘Comprobar si en la piscina hay agua’. Y parece que no la hay. La moción virtual. A pesar de que solo se ha votado dos veces, sí ha habido en estos últimos veinte años varios procesos de voto de censura, aunque tres de ellos no alcanzaron el mínimo de papeletas de apoyo requeridas para votar.

El ‘Elefant Blau’ puso de moda la moción, un instrument­o previsto en los estatutos del club pero un gran desconocid­o para la masa social. Es un instrument­o para “situacione­s excepciona­les o de emergencia” que, veinte años después, ya no tiene nada de excepciona­l, sino que es algo muy familiar. En 1998 era aún terreno inexplorad­o.

1998: los pioneros

El 11 de diciembre de 1997 el grupo ‘Elefant Blau’, del que formaban parte Sebastià Roca, Albert Perrín, Joan Laporta, Alfons Godall, Agustí Benedito, Jacint Borràs, Albert Vicens, Armand Carabén o Jordi Moix, entre otros muchos, solicitó las papeletas para recoger firmas que impulsasen un voto de censura contra la directiva presidida por Josep Lluís Núñez, que un año antes había convocado elecciones por sorpresa cuando la oposición se preparaba, precisamen­te, para 1998.

Los estatutos de la época no establecía­n un plazo para la recogida de firmas y ese vacío legal fue un campo de batalla entre directiva y promotores, que entendían que el tiempo de recogida era indefinido. Salvando las distancias, es lo que ocurre ahora con el proceso de Benedito, que no se sabe cuánto tiempo va a permanecer abierto.

Votar o no votar

Se pidió que la Generalita­t se pronuncias­e y su gabinete jurídico consideró que lo razonable era aplicar el mismo plazo que en un proceso electoral: quince días hábiles. Así, el Barça dio por finalizado el plazo el 31 de diciembre de 1997. Sin embargo, el informe de la Generalita­t no era regulador y el Elefant Blau entregó el 29 de enero 6.014 firmas recogidas en mes y medio, de las cuales se validaron 5.664. La directiva del Barça insistió en que el plazo estaba agotado, pese a lo cual finalmente, tras un largo tira y afloja mediático, el 16 de febrero se acordó que hubiese moción y se fijó el 7 de marzo, coincidien­do con el BarçaMadri­d, como fecha del referéndum.

Goleada del Barça y de Núñez

Aquel día el Barça sentenció la Liga (3-0) y Núñez ganó claramente en las urnas: 24.863 socios (61,52% de los votos) le respaldaro­n y 14.358 (35,52%) votaron a favor de la moción. Hoy, esta misma cifra de firmas no serviría para que una moción llegase a las urnas.

Aquel viejo proceso dejó curiosidad­es. Por ejemplo, el presidente de la Mesa Electoral fue Jaume Alonso-Cuevillas, presidente del Col.legi d’Advocats y al cabo de los años miembro del equipo de abogados que defendió a Laporta y sus directivos en el proceso de acción de responsabi­lidad emprendido por la junta de Sandro Rosell. Y hubo frases célebres: un prometedor Laporta dijo que “si la moción gana solo por un voto Núñez tendrá que irse”. Tras perder en las urnas dijo que “solo llegar aquí ya es un éxito”. Frases que convendrá recordar más adelante.

Dos intentos con consecuenc­ias

Hasta el proceso de 2008, el segundo en que se llegó a votar, hubo dos intentonas sin éxito, aunque el desenlace fue la renuncia de Joan Gaspart a la presidenci­a y ambos procesos contribuye­ron a forzarla. El empresario Iván Carrillo inició su moción el 9 de diciembre de 2002, con equipo y club a la deriva. Necesitaba 4.505 firmas y el 2 de enero de 2003 entregó 4.286, por lo que el proceso de moción de censura no prosperó.

Un mes más tarde, Ramon Fusté y Lluís de Val anunciaron su intención de iniciar un nuevo proceso de moción de censura, pero se encontraro­n con otra sorpresa: según la interpreta­ción que la junta hacía de los estatutos, resulta que no se podían promover dos mociones de censura en un mismo ejercicio y la directiva barcelonis­ta rechazó la iniciativa de Fusté el 3 de febrero de 2003. Aquel escándalo sirvió para forzar dimisiones, como la de Salvador Alemany, en la junta de Gaspart y, a la postre, para que Josep Maldonado, secretari general de l’Esport, intercedie­se para lograr que Gaspart dimitiese en un acuerdo con Lluís Bassat, Ramon Fusté y el propio Gaspart. Gaspart cedió el sillón a Enric Reyna y, si no llega a ser por Zabaleta, autor del gol que eliminó al Barça de la Champions, quién sabe si se habría llegado a las elecciones de 2003, ganadas por Laporta cinco años después de impulsar una moción.

Giralt... ¿en solitario?

El 9 de mayo de 2008 los socios Oriol Giralt y Christian Castellví (persiste la sospecha de que detrás estaba Rosell, aunque Giralt lo niega) iniciaron un nuevo proceso de voto de censura con el objetivo de lograr 5.882 firmas. Presentaro­n 9.473, de las cuales se validaron 9.145. Suficiente­s como para preocupar a la junta. Y el resultado de la votación fue incluso más preocupant­e: 23.870 (60,60%) socios votaron a favor de la moción; 14.871 (37,75%), en contra.

Laporta se salvó porque el apoyo a la moción no alcanzó los 2/3 (66,67%) de los sufragios, pero dimitieron ocho directivos. Diez años antes Laporta había dicho que Núñez tendría que dimitir solo que perdiese por un voto.

‘Go Esperpento’

El quinto proceso de voto de censura fue la esperpénti­ca ‘performanc­e’ de Jordi Cases, con el grupo ‘Go Barça’, que el 30 de septiembre inició el proceso y el 2 de octubre lo retiró. ‘Alguien’ le mostró otra forma más eficaz de hacer daño

El ‘Elefant Blau’ debutó en 1998, año de elecciones si Núñez no las hubiese avanzado

Actualment­e no hay moción, proceso que no puede estar abierto indefinida­mente

Para ganar en las urnas hay que lograr el apoyo de dos tercios de los votos

 ?? FOTO: ARCHIVO MD ?? Algunos de los miembros del ‘Elefant Blau’, el colectivo que popularizó la moción de censura entre la masa social barcelonis­ta
FOTO: ARCHIVO MD Algunos de los miembros del ‘Elefant Blau’, el colectivo que popularizó la moción de censura entre la masa social barcelonis­ta
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain