ÉPICA Y DANTESCA
Victoria de foto finish de Rigoberto Urán después de 181,5 kilómetros duros y de coronar siete puertos Froome mantuvo el liderato, Bardet se lo discutió, Quintana tuvo un mal día y Contador rozó la tragedia
Espectacular. Enorme. Brutal. Mágica. Terrorífica. Estos y muchos otros calificativos sirven para definir el gran espectáculo de ciclismo vivido ayer en la etapa reina del Tour de Francia, de 181,5 kilómetros, con siete puertos en el recorrido, tres de ellos fuera de categoría, con el Mont du Chat final y el peligroso descenso hasta Chambéry. Decía Chris Froome en la previa que en la jornada de ayer la general iba a saltar en mil pedazos y no le faltó razón, aunque probablemente no contaba con todos los ingredientes que finalmente se dieron. Las primeras conclusiones que se extraen tras la etapa es que Chris Froome sigue dominando todos los registros de la carrera, que Fabio Aru y Romain Bardet van a por el podio y se ven con fuerzas de discutir el reinado del británico en París, que a Quintana le va a costar horrores subir al podio y otro tanto para Contador, quien ya se ha caído del top ten.
La lluvia, la propia explosividad y nerviosismo de los protagonistas del Tour deparó una de las etapas con más caídas que se recuerdan, con varios favoritos implicados y el abandono de Thomas y Porte. Precisamente, en esta última caída, espeluznante, Daniel Martin impactaba con el cambio de la bici de Rigoberto Urán y lo rompía. Pedía asistencia, pero no se lo pudieron arreglar del todo, y pese a ello el colombiano se impuso al sprint a Barguil gracias al foto finish, dotando a la jornada de uno de los añadidos que le faltaban, el del suspense.
La ascensión final al Mont du Chat resultó clave. Froome tuvo un problema mecánico, instante que aprovechó Fabio Aru para atacar. Quintana con él, pero el de Movistar no colaboró, con Contador quedándose. Atacó también Porte, de nuevo Aru, hasta que Froome se cansó y fue él quien se puso de pie en la bici y seleccionó aún más la carrera. En la caza a Barguil, que coronó con 11” de margen sobre el grupo de Froome y 47” sobre Quintana se produjo la espeluznante caída de Porte y el posterior ataque valiente de Romain Bardet a falta de 14,6 km. El intento fue bueno, ganó unos metros e incluso llegó a la altura de Barguil, yéndose con facilidad. Bardet, 2º en la general de 2016, buscaba la victoria y el maillot amarillo, del que le separaban 47”, pero los kilómetros finales jugaban en su contra, tanto que el trabajo por detrás de Froome, Aru y Fuglsang dio sus frutos, disputándose todos la victoria al sprint, tras 181,5 km de locos. Fuglsang lo intentó primero, pero atacó demasiado lejos. Se pusieron a su par Bardet, Urán, apareció Barguil y éste se creyó ganador. Rompía a llorar de felicidad, pero las lágrimas cambiarían de color cuando se le informó que la foto finish daba a Rigoberto Urán ganador, quien llegó a afirmar que pensaba que le “vacilaban” cuando se lo dijeron.
A la postre, bravísima victoria de Urán, en el día en el que Bardet y Aru refrendaron candidatura al podio de París, en el que Froome sufrió pero sobrevivió y en el que Quintana y Contador sucumbieron, perdiendo 1’15” el colombiano y 4’19” el de Pinto. Hoy, la jornada de descanso es más que merecida