Cada minuto callado, más claro parece
El presidente Bartomeu ha vuelto a la gira. Tiene una última oportunidad para tratar de recuperar la iniciativa con Neymar y también con Piqué
Con Piqué haciéndose el sueco y con Neymar callado, la sensación es que cuanto más largo sea el silencio, más corta será su estancia en el Barça. Si quisiera quedarse aquí, con sacarse una foto con Gerard y decir “me quedo”, el asunto estaría resuelto. Y si en vez de esa, se hace una con Douglas ,ocon Douglas y Arda diciendo “nos quedamos”, también vale para acabar con la especulación. Pero no. Calla y otorga.
La sospecha más sospechada es que Neymar no hablará hasta que el equipo vuelva de la gira americana. Y cuando vuelva, se teme lo peor. Que abra la boca para decir que se va. Eso sí, en ese caso, se desea del mal el menos. Que lo diga cuanto antes y que traiga los 222 millones para poder solventar en el mercado esa baja inesperada.
El problema, como ya ocurrió con Verratti, es que Coutinho no tiene cláusula y dice Klopp que no quieren venderle. Y si no quieren venderle... no es como cuando Bartomeu dice que Neymar no está en venta. El brasileño tiene una cláusula y eso es tener precio desde el primer día de la renovación del hijo de su padre. Si viene alguien con la pasta y paga, se acabó lo que se daba se ponga como se ponga el Barça.
Por eso, si de lo que se trata es de evitar que el desatino sideral vaya más allá de lo que ya ha ido, todo dependerá de lo que diga Bartomeu en su regreso a los Estados Unidos. Y si lo que quiere para el Barça es recuperar la iniciativa del esperpento, el presidente debe abandonar el discurso blandengue y parecer, ser, el referente que no ha sido. ¿Cómo? Fácil. Dejándole claro a
Ney que si el FC Barcelona, como política deportiva de club, ha decidido no comprar a los futbolistas (por ejemplo Bellerín) que se han ido de la casa, menos aún tratará de retener a uno que no está seguro de querer seguir en el Barça, después de que el Barça solo haya tenido problemas desde que llegó.
Y en cuanto a Piqué, más fácil aún. Recordar a la audiencia, incluso sin citarle, que justamente ha hablado quien no debe hablar y que ha callado quien debía haber hablado. No hace falta más. En cuestiones internas de especial gravedad, de esta gravedad, si alguien tiene que pronunciarse es el club. Y se pronunció diciendo que no está en venta. Otro error que debe corregirse. El primero que debe estar en venta, y al precio exacto de la etiqueta, es el que deja entender que no quiere seguir jugando en el Barcelona