A cal y canto

Al Khelaifi aseguró en la rueda de prensa de presentación de Neymar que su fichaje no obedecía a ninguna revancha por los vanos intentos del Barça de contratar a Verratti. Ni tan si quiera era la “vendetta” por la no renovación del patrocinio blaugrana de Qatar, que tanta controversia había provocado en el complejo entorno barcelonista. Lo cierto es, sin embargo, que el Barça se ha vuelto a estrellar contra un muro cerrado a cal y canto cuando ha intentado sacar el máximo provecho de la fuga del crack brasileño al PSG.

Sabedores que si la operación se cerraba con el pago exclusivo de los doscientos veinte dos millones de la cláusula, esta tendría un incremento de otros cien millones por cargas fiscales, el Barça probó de negociar un traspaso, a cambio de incluir algunos de los muchos futbolistas del equipo parisino que pudieran ser del interés de Valverde. Empezando nuevamente por Verratti y siguiendo por Marquinhos, Rabiot o Draxler ,en el Camp Nou se tenía la esperanza de que el PSG cedería a sentarse a negociar. Hasta incluso se sospesó la opción de incluir algún trueque, como por ejemplo el de Di María por Arda. Pero nada, cualquier intento fue imposible y Al Khelaifi no se dignó a descolgarle nuevamente el teléfono a Bartomeu y prefirió abonar el montante de la cláusula, con sus impuestos correspondientes.

Claro que en esta ocasión la excusa de tan esquiva conducta no ha sido otra que la de no molestar al padre de Neymar, muy enfadado con la directiva del Barça por haberse negado a pagarle los veinte seis millones de la prima de renovación. Arreglados van en París si se ven sometidos a los caprichos de “O pai do crack”