El ‘mosquito’ selecciona su mejor sonrisa
Serio, Dembélé sólo se soltó con los aficionados, los niños y cuando habló del apodo que le puso Umtiti
No se puede decir que Ousmane Dembélé haya seducido al barcelonismo por su sonrisa. Desde que posó a las 18 horas del domingo por la tarde ante el escudo del FC Barcelona en las oficinas del Camp Nou hasta que finalizó su rueda de prensa ayer en el Auditori 1899 anexo al Estadi pasadas las 16 horas, casi un día de azulgrana expuesto a los medios de comunicación, se le ha visto imperturbable. Apenas se le conocen los dientes salvo por cuatro momentos puntuales: firmando el contrato hasta 2022 con una cláusula de rescisión de 400 millones de euros, saludando a los 17.814 espectadores que le esperaban en el Camp Nou, haciendo un rondo con los ocho niños de la FCBEscola en el césped y cuando tuvo que explicar en rueda de prensa por qué su amigo Samuel Umtiti le llamá ‘mosquito’.
En el fondo es una buena señal que su rostro transmita alegría en esos instantes precisos: asegurándose una ficha muy alta no desvelada (lógico, es humano), en su primer contacto con la afición (fue esperanzador que ya hubiera química), tocando el balón con unos niños tan descarados como él que se atrevieron con taconazos sin intimidarse por su presencia (hambre de fútbol) y hablando de las bromas de Umtiti (integración en el vestuario). Su mejor sonrisa, sin duda, está por llegar. Valdrá la pena esperarla. De momento la amagó, ya regateó con ella.
“Umtiti me comenzó a llamar así (‘mosquito’) en la selección francesa,pero no sé por qué, habrá que preguntárselo”, señaló, revelando que “me quedaré en su casa al principio. Somos muy amigos y nos llamamos mucho. Será importante para mí, me ayudará a integrarme en el equipo por ser francés, como Digne”.
Quizás esa seriedad estuviera provocada por los problemas de última hora surgidos con la liquidación con el Borussia Dortmund. Faltaba un documento que retrasó una hora la firma y la aparición ante los aficionados, quienes, cansados de esperar, la tomaron con Bartomeu. Dembélé lo puso todo en orden cuando salió. Su nombre fue coreado aunque no le salió una filigrana que intentó en los toques tradicionales. No pasa nada. Desparpajo desde el primer día, en compañía de Fatimata, su madre, que acudió junto a su actual pareja, el representante, un primo y dos amigos, uno de ellos calcado a Pogba.
Faltaba resolver el misterio de si es diestro o zurdo, aunque su respuesta no ayudó: “Intento utilizar las dos piernas. Desde niño he trabajado mucho en los entrenamientos con las dos piernas y sigo perfeccionando porque el trabajo da sus frutos. Prefiero conducir con la izquierda y golpear con la derecha”.
De eso sabe Valverde, quien el 9 de agosto de 2016 sufrió con el Athletic uno de los primeros partidos de Dembélé con el Dortmund. Ganó 0-1 el Athletic en un amistoso en Sankt Gallen, pero la entrada del francés tras el descanso le atormentó. Ayer lo recordó, alabando al técnico: “Ya hablé con Valverde y me dijo que me esperaba ya para trabajar, es
“Prefiero conducir con la pierna izquierda y golpear con la derecha”, reveló
muy buen entrenador y seguro que hará progresar al equipo, tiene las ideas claras. Me enfrenté a él estando en el Dortmund”. No aclaró si en esa conversación trataron su posición en el campo: “Por la derecha o la izquierda, no es ningún problema para mí. Me gustan las dos posiciones”. Lo dicho. Un misterio
Recordó que conoció a Valverde en agosto de 2016 en un 0-1 del Athletic al Dortmund