Crónica de un divorcio anunciado
McLaren y Honda volvieron a unirse dos décadas después de su era dorada, y se separan tras tres años de pena
El final de la relación entre McLaren y Honda era cuestión de tiempo, y lo que se ha vivido en la última temporada era tan sólo la crónica de un divorcio anunciado. En 2014, los amantes a la F1 recibieron con gran alegría que los británicos y los nipones iniciarían un proyecto conjunto con Alonso como pilar estratégico para la evolución del coche. Por aquel entonces, se las prometían muy felices al recordar los años gloriosos que ambas firmas protagonizaron entre 1984 y 1991, con Ayrton Senna y Alain Prost como grandes dominadores de una época inolvidable en este deporte en la que ambas marcas conquistaron 7 Mundiales de Pilotos, 6 de Constructores y 39 victorias en 64 carreras entre 19841991, sus años de mayor dominio.
Fernando llegaba a la escudería inglesa con el objetivo de cumplir un sueño, el de emular a su ídolo Ayrton Senna con su mismo coche y motor. El primer kart que le fabricó su padre era precisamente un McLaren-Honda, y el asturiano quería igualar los tres títulos del brasileño con dicha formación. Pero nada de esto se cumplió. Segundas partes nunca fueron buenas, y en el caso de McLarenHonda, fue incluso peor.
Unos debut para olvidar
En el primer año de la nueva era del binomio McLaren-Honda en 2015, Alonso se marchó de los test de pretemporada de Jerez tras haber dado sólo 38 vueltas y Button con sólo 41 mientras otros como Mercedes completaban un número de giros similar al de ocho grandes premios. Los fallos de fiabilidad eran muchos e incluso el asturiano recordó para MD que “Honda en 2015 no sabía prácticamente nada del motor. En aquella temporada, el banco de pruebas era cuando salíamos a la pista”. McLaren y Honda trabajaban a contrarreloj en cada carrera para tratar de entender los nuevos motores híbridos y encajarlos en el chasis británico, y eso hacía que los abandonos se sucedieran. Aquel año, el asturiano se retiró en 7 carreras, pero seguía creyendo que Honda podría encontrar el camino justo para crear un motor competitivo. Pero nada de eso sucedió. 2016 fue un año de transición en el que Fernando y McLaren no cesa- ban de repetir que “en 2017, estaremos listos para ganar”. Generaron una gran expectativa mejorando el chasis y haciendo desaparecer los problemas de fiabilidad. Pero a la hora de la verdad, todo se derrumbó.
Los de Sakura dejaron atrás un concepto de motor que habían defendido durante dos años y copiaron a Mercedes y Ferrari. Trataron de buscar un atajo, pero se encontraron en pleno atasco. Por querer correr demasiado, se quedaron sin poder hacerlo: en la primera vuelta que Alonso dio en los test de pretemporada en Barcelona, su coche se paró. Lo que sucedió a partir de entonces fue una triste copia de 2015. “Nunca he corrido con un coche con tan poca potencia”, exclamó Alonso este curso, con una frase muy parecida a la que gritó por radio hace tres campañas: “Me pasan en las rectas como si fuera un GP2, es vergonzoso. Llevamos un motor de GP2”. Finalmente el ‘matrimonio’ terminó con un contundente mea culpa de Honda. “Para nosotros es una pena y una vergüenza tener que dejar este acuerdo”, reconoció MasashiYamamoto, jefe de competición de la marca nipona. Esta frase resume perfectamente el sentimiento de los japoneses. La necesidad de triunfos de un coloso de la F1 pudo con ellos. La historia que ambos escribieron en su día fue un peso demasiado grande
Honda reconoce que “es una vergüenza y una pena” tener que romper con McLaren