Messi se juega el Mundial
Argentina afronta el penúltimo partido de liguilla con la necesidad de ganar a Perú para no asomarse al drama
Hoy en la Argentina se para el país. Para el desahogo, para descargar la angustia contenida. O para el llanto más profundo. Sin grises se vive el fútbol en la tierra de Messi y Maradona. Y tampoco queda mucho margen. Contra Perú, en la mítica Bombonera que vibra, que no quiere dejar de latir, se juega el orgullo, el honor, dinero, y hasta el póster de una generación de jugadores que mereció mucho más de lo que tuvo. En Ezeiza, a Leo se lo nota feliz, sonriente, comprometido. Se sabe que está confiado, que eso le transmitió a sus compañeros. Pero el miedo se percibe por todos lados. Muchos hinchas no podrán dormir bien. O soñarán con un gol para gritar hasta la afonía.
No será para reeditar la frase de
Mascherano: nadie con camiseta celeste y blanca se convierte en héroe por clasificarse para un Mundial. En un país futbolero como la Argentina es una obligación. Pero se complicó tanto la película que sólo se quiere un final feliz. Como sea. Ya es demasiado tarde para lágrimas. No importa que Messi haya jugado la mitad de los partidos; que se hayan contratado a tres entrenadores (Martino, Bauza y Sampaoli); que en un momento, con la AFA devastada, se haya llegado a entrenar a las estrellas como mujeres de una Universidad de Estados Unidos. Jugadores, técnicos, dirigentes, hinchas, periodistas: esta noche sólo se piensa en ganar. En que Messi lleve a Argentina donde le corresponde.
Los hinchas esta vez acompañarán. Se agotaron rápido las entradas pese a costar una fortuna. El público de Selección es especial. Más frío. Más de teatro de que de estadio de fútbol. Pero cambiaron las obligaciones y las urgencias. La cancha explotará de pasión. De la genuina, pero también de mucha hinchada de Boca convocada para la ocasión. Se promete una explosión apenas se vea al ‘10’. Todo en la primera vez que Messi pisará para jugar por los puntos en la cancha que hasta los turistas vienen a sacarse fotos.
Sampaoli cambió varias veces el equipo. Probó cinco formaciones. Siempre con el líder Messi, por supuesto. Es la cara de la esperanza. También jugará el experimentado Mascherano, otra vez como central.
Dybala apunta al banquillo
Nunca con Paulo Dybala, que a la mirada del entrenador se autoexcluyó con su sincericidio, cuando dijo que aún le era “un poco difícil jugar con Messi” porque iban por el mismo lugar. Sin Icardi, quien perdió el lugar a manos del local Benedetto, el 9 de Boca.
Sufre Argentina, sabiendo que si pierde mirará el Mundial por TV exponiendo incluso la posición de repechaje con Nueva Zelanda. El hincha está nervioso. Echa cuentas. A rezar. Muchos buscan en el cielo a su Dios. Todos le rezan a Messi