LOS AMOS del deporte
63 multimillonarios, sin contar emporios familiares ni holdings empresariales, poseen 81 franquicias de siete deportes distintos Todo hombres salvo cuatro mujeres, juntos acumulan una fortuna estimada de 285.000 millones de dólares
La figura del propietario es cada vez más habitual en el fútbol europeo. Hasta la irrupción de los petrodólares, primero rusos y luego árabes, y del capital chino prácticamente no existía, pero es un personaje clave que se está imponiendo de manera imparable, que está cambiando los hábitos y precios del mercado y que no tiene, aún, un marco legal común definido con claridad, dependiendo de cada Liga nacional.
Por propietario se entiende una persona física, no un holding empresarial como el City Football Group o emporios familiares como los Glazer o los Steinbrenner. Actualmente hay en el mundo 63 grandes propietarios que se reparten un pastel de 81 clubs o franquicias profesionales en 12 Ligas de siete deportes distintos (fútbol, fútbol americano, baloncesto, béisbol, hockey hielo, cricket y motor). Entre todos ellos acumulan una fortuna estimada de 285.000 millones de dólares.
Ninguna de las 25 personas más ricas del mundo según la lista Forbes posee una franquicia y sólo cinco miembros del ‘top-100’ tienen vínculos con el deporte. El propietario de mayor fortuna personal es Steve Ballmer (61 años), ex CEO de Microsoft, con 33.100 millones de dólares. Compró Los Angeles Clippers (NBA) en 2014 por 2.000 ‘kilos’. El segundo en el ranking no es estadounidense, sino indio. Se trata de Mukesh Ambani (60 años y una fortuna estimada de 20.000 millones), principal accionista de RIL, la principal empresa de su país y que tiene intereses en ámbitos tan diversos como la industria energética, el textil o las telecomunicaciones. Aficionado al cricket, posee los Mumbai Indians de la Premier League de este deporte.
El club de los propietarios es eminentemente masculino, con cuatro excepciones femeninas: Joan Tisch (New York Giants, NFL), Denise York (San Francisco 49ers, NFL), Martha Ford (Detroit Lions, NFL) y Gail Miller (Utah Jazz, NBA). Todas ellas son herederas de fortunas familiares.
Un invento americano
La cultura del propietario deportivo tiene su cuna en Estados Unidos. Y el perfil general tiene parámetros comunes: suelen ser hombres de edad avanzada, multimillonarios que hicieron fortuna en su día y que disfrutan de su tiempo de ocio con su ‘juguete’ deportivo. Al tratarse de una tradición tan sólida como los partidos de ‘All Star’, para convertirse en ‘owner’ no basta con tener dinero, sino que hay que cumplir una serie de normas específicas.
Como cada deporte tiene su ámbito particular, para entender cómo funciona la reglamentación resulta más práctico escoger una sola competición. Tomemos la NFL (fútbol americano) como ejemplo. 19 de los 32 equipos pertenecen a un gran propietario; los restantes, salvo uno, están en manos de varios ‘co-owners’. Las normas de la Liga permiten un máximo de 24 copropietarios y especifican que al menos uno de ellos debe poseer un mínimo del 30% del club. La excepción es Green Bay Packers, única franquicia deportiva cuya propiedad está repartida entre más de 360.000 socios y cuyo estatus se respeta porque es anterior al establecimiento de la propia Liga.
La NFL prohíbe específicamente que grupos religiosos, gobiernos y organizaciones sin ánimo de lucro posean franquicias, pero también aquí hay una salvedad: el Condado de Harris (Texas) posee un 5% de los Houston Texans porque lo compró antes de que se dictara la citada prohibición, en 2007. Tampoco se permite a un propietario poseer otra franquicia de fútbol americano salvo de Arena Football (el equivalente al fútbol sala) siempre y cuando sea del mismo ámbito de influencia geográfica que el equipo-madre.
El reglamento sí permite a un ‘owner’ de una franquicia de fútbol americano tener intereses en otros deportes, cosa que sucede a menudo, pero con restricciones: sólo en caso de que estén en el mismo ámbito de ‘mercado’ o siempre y cuando no haya un equipo de NFL establecido en esa ciudad.
Para hacerse una idea más aproximada del perfil de los propietarios, de nuevo el ejemplo de la NFL es un buen botón de muestra. A continuación repasamos los siete propietarios más ricos, con un breve apunte biográfico de cada uno