Sedentarismo, el asesino peligroso en el día a día
Múltiples estudios alertan de los riesgos de llevar una vida sedentaria
El sedentarismo es como una serpiente, un asesino sigiloso. La muerte prematura afecta a miles de personas cada año. Un ataque fulminante a la vida y sin previo aviso. Hoy, desde Activate Personal Training, el entrenador personal Sascha Rado explica la importancia de una vida activa para reducir riesgos de salud y prevenir la muerte prematura, lo que muchos estudios ya se han encargado de difundir.
Ser sedentario significa que una persona vive una vida sin apenas actividad física o ejercicio físico, y está sentado o tumbado la mayor parte del día. Es lo que se llama estilo de vida sedentario o inactivo. Éste puede causar un gran número de enfermedades crónicas. Al no hacer deporte de forma regular se incrementa el riesgo de sufrir sobrepeso y obesidad, enfermedades cardiovasculares, incluyendo enfermedades coronarias y ataques al corazón, presión sanguínea alta, colesterol alto (triglicéridos, LDL y VLDL) o HDL bajo, ictus o derrames cerebrales, síndrome metabólico, diabetes tipo 2, ciertos tipos de cánceres, por ejemplo de intestino, mama o de útero, osteopenia y osteoporosis o depresión y ansiedad.
Si se ha estado inactivo durante un tiempo se recomienda empezar poco a poco, añadiendo más actividades o ejercicio con el tiempo, teniendo clara la premisa que más no siempre es mejor. Lo mejor es preguntar al médico o a un profesional del deporte (entrenador personal, preparador físico) si se te pueden prescribir unas pautas para empezar bien. La dosis, intensidad, duración o volumen del ejercicio depende de muchos factores, entre ellos la edad, el sexo, el estado de salud, la condición física actual, los factores laborales o el estrés.
Poner freno al sedentarismo
No obstante, existen estudios que demuestran que con solo 30 minutos de actividad al día se pueden bajar los riesgos de muerte prematura e incluso añadir algunos años de esperanza de vida. Algunos ejemplos serían los de subir escaleras en vez de coger el ascensor – ayuda a mejorar la fuerza en las piernas y glúteos, además de subir las pulsaciones y el ritmo cardíaco–, realizar trabajo físico –jardinería, limpieza o subir la compra por las escaleras–, caminar de 30 a 45 minutos al día por carretera o mejor por el bosque, coger la bici en vez de la moto o el coche, bajar uno o dos paradas antes del metro o del autobús y caminar el resto, salir a la naturaleza los fines de semana, adoptar un perro, ya que el animal tiene que salir 2 o 3 veces al día a la calle o buscar un/a amigo/a (Fitness buddy) para hacer actividades juntos
Basta con cambiar unos pequeños ‘vicios’ adquiridos para revertir la situación