La goleada más dolorosa
El 5-1 encajado en Moscú alimenta las dudas sobre el ‘proyecto Berizzo’
El Sevilla confirmó en Moscú (5-1 ante el Spartak) todas las dudas que el equipo de Berizzo ha despertado y se complicó la clasificación para octavos de la Champions: no remató al rival cuando tuvo ocasión e hizo aguas en defensa, una línea castigada por las lesiones y que pone la lupa en la planificación tras un KO sonrojante.
El doloroso correctivo llega cuando en la Liga debe visitar al equipo de moda, el Valencia de Marcelino, ante cuyo vertiginoso juego de transiciones puede naufragar visto cómo lo hizo frente a las contras de los moscovitas.
Con la intención de espantar los fantasmas que la derrota en San Mamés había hecho reaparecer sobre el modelo de Berizzo, los nervionenses se conjuraron con la ventaja que siempre da saberse especial para transformarse en Europa. El entrenador afinó en su alineación consciente también de las críticas que le han generado su política de rotaciones: promedia 6,4 cambios en la alineación de un partido a otro, más de medio equipo. Sin N’Zonzi, pero con lo mejor apostando por la vuelta de Banega, de Mercado, de Sarabia y de Escudero. Un equipo de garantías. Pero recibió un golpe inesperado al cuarto de hora: un córner a favor confirmó todos los temores que hablaban de la peligrosidad de los rusos a la contra. Era el inicio de una noche que acabó en un resultado sonrojante que activa una bomba en el club en la planificación más costosa de la historia del Sevilla, primera de la era post Monchi.
La segunda peor derrota
Un 5-1 que es la segunda derrota más abultada del Sevilla en sus 173 partidos en competiciones europeas. Y el primero KO por cuatro goles de diferencia por primera vez en más de treinta años. La mayor goleada data de la 1957-58, cuando cayó 8-0 ante el Real Madrid de Di Stéfano (cuatro goles), Kopa (dos), Marsal y Gento. En 1962, el equipo perdió 4-0 ante el Glasgow Rangers y repitió en la 82-93 ante el Kaiserslautern. La otra ‘manita’ encajada por el ‘euroSevilla’ fue en la Supercopa de 2015: 5-4 ante el Barça, en Tiflis