Objetivo, la Champions
La situación política se introduce sutilmente en los comentarios y en las columnas de los diarios y secciones deportivas de los medios. El presidente Bartomeu se ha resistido a la insistencia para que el Barça se sumara a las exigencias del independentismo. Era abucheado hacía semanas. Pero al llegar la asamblea proclamó que era inaceptable que hubiera personas encarceladas por sus ideas políticas, defendió el derecho a decidir y exigió que no se tocara la libertad en los medios públicos de comunicación. La sesión se desarrolló con tranquilidad y en el campo ya no se escucharon gritos contra el presidente. La masa crítica de los socios se supone que está a favor del proceso pero las minorías, que las hay como en la sociedad, se van a tener que contentar con ceñirse a los aspectos deportivos para seguir identificadas con el club de sus amores. Bartomeu ha tomado la decisión que ha creído más oportuna y tiene todas las facultades para hacerlo. Pero la iniciativa ha venido de fuera del club. Lo importante es que el equipo siga adelante en las tres competiciones y que Valverde pueda llegar al final de la Champions y la gane. Que consiga la Liga y la Copa. Que vuelvan los tiempos de los tripletes que tanta satisfacción han dado a los culés de todos los ámbitos, pensamientos, continentes y edades. Messi es el número uno del mundo, digan lo que digan en las galas de la FIFA, y está marcando las diferencias. No se ha perdido ningún partido y la marcha de Neymar, por ahora, no ha tenido consecuencias en los resultados. Suárez pasa un bajón y puede convertirse en el tercer vector de un tridente único. Iniesta vuelve a estar en gran forma y la calidad del centro está garantizada con la compañía de Rakitic y Busquets. Es muy pronto para pronosticar nada. El Barça tiene como gran objetivo la sexta Champions y la Liga