Ortolá asegura un punto
El B encadenó el tercer empate consecutivo en Tarragona en un choque igualado donde destacaron los porteros
Parece que el Barça B se encuentre mejor fuera de casa que en el Miniestadi. Los chavales de Gerard López demostraron que saben competir a domicilio. Y saben sufrir, como hicieron en el Nou Estadi de Tarragona (0-0), donde arañaron un punto. La buena disposición defensiva y la actuación de Ortolá fue clave para el desenlace final. Otro empate, el tercero consecutivo de los de Gerard López.
Los grana apretaron desde el inicio, evitando que el filial pudiera sacar el balón cómodamente desde atrás y sin dejar que los azulgrana tuvieran continuidad en el juego. Al filial le costó entrar al partido y durante la primera media hora el Nàstic pudo avanzarse en el marcador en un par de llegadas con peligro, ambas por banda izquierda.
La más clara, a los 20 minutos, tras un resbalón de Costas que dejó a Barreiro solo ante Ortolá. Cuando la afición local ya cantaba el primero, apareció Palencia con todo y, desde atrás, se tiró al suelo para enviar a córner justo antes que el delantero local disparara. Fue la más clara junto a dos disparos de Abraham, uno desviado y otro a las manos de Adrián Ortolá que no notó el cansancio del viaje a Atenas con el primer equipo.
Apareció Arnaiz
A partir del ecuador del primer tiempo y tras cambiar de banda a Arnaiz y Abel Ruiz, que regresaba después del Mundial Sub-17, llegó la primera gran oportunidad del Barça B. Cabalgada del talaverano por la banda izquierda hasta plantarse delante de Dimitrievski, que le ganó en el uno contra uno.
Arnaiz se lamentaba, pero antes del descanso sorprendió con otra gran acción. Potente parábola desde la frontal que se encontró de nuevo con una gran respuesta del meta local, que voló para enviar a córner.
El segundo tiempo se convirtió en un intercambio de golpes entre ambos cuadros. Cardona avisó primero con un cabezazo. La réplica fue de Abraham, pero Ortolá llegó a la escuadra para evitar el tanto. Sarsanedas no se lo creyó ante el portero y Cardona volvió a cabecear por encima de Dimitrievski, aunque su remate se marchó por un palmo.
Ya en los últimos minutos, el arquero local sacó una mano desde el suelo para evitar el tanto de Lozano y Ortolá, justo después, ya en el 88’, demostró sus reflejos para despejar un cabezazo a bocajarro desde el área pequeña de Burgui