Goles sin celofán

EL PÁNICO DE LUIS ENRIQUE ante una eventual lesión de Luis Suárez hizo que Alcácer aterrizara en el Camp Nou bajo unas condiciones que el orgullo de pocos jugadores aceptarían. Estar a la sombra del uruguayo es como una cadena perpetua que el de Torrent sobrelleva con trabajo, honestidad y sencillez. Ese era el trato cuando llegó de la mano de Robert. Un año y medio después, el nombre y apellido de Paco fueron coreados en el estadio por sus dos goles al Sevilla. La dedicatoria fue para la hija que está en camino; y en el reparto de elogios, el goleador se apartó: primero, el equipo. Alcácer tenía todo el derecho el domingo de disfrutar de los titulares que le aclamaban, robándoselos por un día a Messi, y en devorar las piezas en la que fue el héroe de blaugrana. Si estaba en la pasarela del mercado de invierno, zanjó que quiere seguir peleando en el Barça.

CUANDO OTROS DESFALLECEN o simplemente ‘desaparecen’, el ex valencianista espera estar en la lista de convocados, no importa la categoría del rival ni el torneo. Era el último delantero para Valverde y también el último jugador de la plantilla en minutos jugados. Tras los 66 minutos frente al Sevilla, ha rebasado a Digne y totaliza tres goles como Luis Suárez a quien mejora en promedio de tantos por minutos jugados. Hay que ser de una pasta especial para soportar los nueve partidos que van desde duelo del Espanyol (9 de septiembre) al del Olympiacos en el Camp Nou (18 de octubre) sin jugar ni un minuto y no rendirse.

QUIZÁ EL BARÇA NO SE PLANTEARÍA hoy el fichaje de un ‘9’ clásico porque la moda es rastrear futbolistas que jueguen en varias posiciones. Paco es un ‘rara avis’, un ariete tradicional, con movimientos de especialista y goles silenciosos. Marcó los dos al Sevilla de manual, al primer palo y al primer toque. En el primero venció con la mirada a Soria y en el segundo le indicó a Rakitic con el dedo dónde quería el centro. Goles de siempre, sin celofán