HASTA PRONTO
Toni Nadal cierra una etapa de 27 años formando, entrenando y viajando con Rafa Se centrará en la Nadal Academy, aunque echaría una mano si Moyà y Roig lo necesitasen
“He sido más molesto que apacible y más exigente que dado al halago. Le he procurado más un punto de insatisfacción que de beneplácito y le he trasladado siempre a él toda la responsabilidad. Siguiendo la sentencia de Francisco de Quevedo —“quien espera en esta vida que todo esté a su gusto, se llevará muchos disgustos”—, yo nunca le facilité las cosas más de la cuenta a Rafael”, señala Toni Nadal en su carta de despedida como entrenador de su sobrino, publicada en el diario El País. En la misma defensa ver al rival como tal y no un enemigo e invita a la sociedad a eliminar el “fanatismo dominante” y apostar por el respeto “al que piensa o siente distinto a nosotros”.
Toni Nadal da, en la misiva, “por concluida una feliz etapa de 27 años que se inició el día en que el hijo de mi hermano Sebastià entró en mi pista de tenis con tan solo tres años. Hoy salgo yo de la suya pero no se acaba aquí mi camino. Seguiré vinculado al tenis porque mi ilusión y amor por este deporte, por suerte, siguen intactos”.
A sus 57 años, Toni cierra un ciclo en el que formó, entrenó y viajó con el nº 1 mundial, campeón de dieciséis torneos de Grand Slam, cuatro Copas Davis y dos oros olímpicos. Estudiante en Barcelona de Derecho e Historia, desarrolló su pasión por el tenis de la mano de Rafael y no Rafa. Se centró en un proyecto humano y deportivo con el pequeño a cambio de que el padre, Sebastià, tomase en solitario la dirección de los negocios.
En febrero pasado, en un congreso de técnicos en Budapest, y a través de una web italiana, deslizó que era su última temporada. “Quizás mi error es no habérselo dicho antes a Rafael, pero yo pensaba que lo sabía”, se confesó a MD entonces. El jugador se enteró por los medios, “porque yo pensaba que su padre se lo habría dicho”, se disculpó Toni, siempre haciendo camino propio, así como entregado a la dialéctica, las partidas de ajedrez y el FC Barcelona.
“Queda en las mejores manos con Charly y Francis”, repite con- vencido. Moyà se incorporó al equipo esta temporada y Roig forma desde hace tiempo de la guardia pretoriana del manacorí, a quien no le gustan los cambios. “Antes que entrenador es mi tío. Y le estoy suficientemente agradecido para que haga lo que quiera”, subraya Rafa.
Además, como señala Toni, “si en un momento puntual me necesitan, viajan y punto”. Continúa ligado al tenis, y se le espera por el mundo de la raqueta, ya sea dando una de sus instructivas charlas o apoyando a Rafael, de quien piensa aún le queda como mínimo algún Roland Garros más con el tenis