Abadía llama a la puerta de nuevo
El atleta de Zaragoza, 2º como en 2016, no pierde la esperanza: “Me he quedado con las ganas, volveré”
Toni Abadía y Olivier Irabaruta se conocen bien. Han coincidido en más de una prueba y saben dónde pueden atacarse. Coincidieron en Huelva, en los Juegos Olímpicos de Río y Olivier hizo de liebre en la Copa de Europa de Minsk (Bielorrusia). Probablemente por ello Abadía tirara con más fuerza en la segunda de las tres vueltas al circuito de Montjuïc, hasta que “en el último kilómetro en bajada me decía que no se me fuera. No se me fue en la subida, pero después pagué la exigencia que me marqué en la bajada y no he sido capaz de cogerle”, reconocía el de Zaragoza, quien pese a ver que Irabaruta se le iba no bajó el ritmo. “Hay que ser profesional y darlo todo hasta el final”. No obstante, Toni se mostraba optimista –ha mejorado su marca en 26”– y tenaz en su ambición de conquistar la Jean Bouin el año que viene. “Ganar esta carrera me hace mucha ilusión. Me he quedado de nuevo con las ganas. Volveré el año que viene”.
Tras atender a MD, Abadía encajaba la mano con Olivier Irabaruta, quien se esperó unos metros pasada la línea de llegada para felicitar a los primeros clasificados. El de Burundi, en su segunda carrera en Barcelona tras correr en Sabadell en pista cubierta, señalaba que “soy más de pista, pero la carrera me ha gustado. Esta carrera era importante para mí y estoy contento de ganar una carrera que era dura, pero en la que he notado el apoyo del público”.
Debut y victoria
En féminas, María José Pérez no tuvo rival. La de Ciudad Real acudía por primera vez a la Bouin advertida por su entrenador, Antonio Serrano, que la ganó en 1992, y se acordó de él toda la carrera. “Me dijo, ten cuidado que engaña, y tenía razón. Me he desenvuelto bien, pero es dura”. Una dureza que no le impedía definir a este triunfo como “importante, por ser en una ciudad como Barcelona y en la prueba decana del atletismo español”. Marta Galimany (2ª) se rendía a la superioridad de ‘Mariajo’, en una cita que no se ajusta a sus características –”ella está muy fuerte y ya sabía que era muy complicado”–, mientras Nuria Fernández tenía que conformarse con ser 3ª. Mermada por su rodilla, comentó: “Estoy muy feliz. Me hubiese gustado luchar más con la 2ª, pero en las bajadas no podía por la rodilla y se me iba. Fue la de ayer, una carrera especial para ella, en la primera vez que volvía a Barcelona desde que logró el oro 1.500 en el Estadi Olímpic en el 2010. “Me he emocionado al verlo y me he permitido soñar”, reconoció con nostalgia