Poca crono y ocho llegadas en alto
“Froome deberá intentar estrategias diferentes”, aventura Contador, una de las figuras de la presentación del recorrido en Milán
La sede de la RAI en Milán acogió la presentación de la 101ª edición del Giro de Italia que partirá de Jerusalén el 4 de mayo, la primera vez que una de las tres grandes empieza fuera de Europa, y concluirá en Roma el 27 de ese mismo mes.
Después de abrir con una contrarreloj en la Ciudad Santa, el pelotón pasará dos días en Israel, llegando a Tel Aviv y otro día en Eilat, en la ribera del Mar Rojo. A continuación correrán tres etapas en Sicilia, como el año pasado, con el primer final en alto de la montaña al final de la sexta etapa en las laderas del Etna.
La montaña como siempre estará muy presente, con el punto culminante en la etapa 14 de la subida Zoncolan, por el lado de Ovaro, la vertiente más difícil (10 kilómetros, con 11% de media de pendiente y puntas del 22%). Y la última semana será dura, con tres finales en alto consecutivos en los Alpes, Prato Nevoso, Bardonecchia (después de subir el Fenestre) y Cervinia, la penúltima etapa.
Por contra habrá sólo dos cronos y cortas para un total de apenas 44 kilómetros totales, la inicial en Jerusalen de 10 kms y la del Trentino en la 16 ª etapa de 34.
La etapa final será en Roma, donde el Giro ya ha entrado tres veces en 1911, 1950 y 2009. Desde la Piazza del Popolo hasta el Coliseo, pasando por las Termas de Caracalla y el Circo Massimo, el circuito será suntuoso pero el ‘pescado’ ya estará vendido para entonces.
Alberto Contador, dos veces ganador del Giro, explicó que la edición 101ª “no tiene grandes desniveles y eso complicará los ataques”, y que con menos contrarreloj Chris Froome “deberá intentar estrategias diferentes”.
Contador, una de las figuras de la presentación de Milán junto a Nibali, Aru y Dumoulin, calificó el recorrido de “completo, pero quizás sin mucha contrarreloj, sin grandes desniveles” y con el Zoncolan como “puerto más importante”.
Según el de Pinto las etapas de montaña “van a tener finales más llevaderos, con puertos más tendidos, lo que complicará las estrategias de ataque”