MANITA BLANCA
Festival goleador del Madrid, que pasó por encima de un Sevilla que dio una triste imagen en el Bernabéu Todo se decidió en la primera mitad, en la que los de Zidane marcaron los cinco tantos del partido
En el Bernabéu, el Sevilla fue el perfecto invitado, el que lleva los postres
El Real Madrid por fin tuvo el ansiado día tranquilo en el Bernabéu. Algo que buscaba desde hace tiempo y que encontró porque volvió a tener fútbol y velocidad con Lucas y Asensio, pero sin querer quitarle méritos al Madrid, también los blancos deben agradecerle al Sevilla haber vivido un sábado tranquilo en casa. El equipo andaluz fue el perfecto invitado, el que lleva los postres, la bebida o un regalo para el anfitrión, en este caso, el Real Madrid. Buena muestra de eso fue que el primer disparo a puerta del Sevilla fue en el minuto 52 de partido cuando el resultado era de 5-0.
El Sevilla no sólo no sacó partido de las bajas en defensa del Madrid si no que ni lo intentó. Achraf, Vallejo y Nacho vivieron una tarde plácida por la incapacidad sevillista en ataque, pero también por la solidaridad de sus compañeros. Ahí es donde destacaron Asensio y Lucas, las novedades de Zidane en un once sin Isco. El técnico apostó por la velocidad y el juego directo y acertó de pleno para sumar una victoria aplastante que inició Nacho en el minuto tres al aprovechar la pasividad defensiva del Sevilla en un saque de esquina. La tarde empezaba bien para el Real que ganaba 1-0 y que tras ese tanto, dio un paso atrás para jugar a la contra. El Sevilla tenía el balón pero de nada le servía, mientras el Madrid esperaba y salía como un rayo con Lucas, Asensio, Cristiano y un recuperado Kroos.
A los blancos, bien atrás, le salió bien la jugada cuando en el minuto 23, Cristiano puso el 2-0 tras un gran pase de Asensio. El Sevilla se desconectó el partido tras ese gol y se marchó definitivamente en el 31’ con el 3-0 al convertir Cristiano un penalti infantil cometido por Navas. El Madrid olió sangre y mordió a su presa, el Sevilla. Kroos marcó el 4-0 en el minuto 38 y Achraf, el 5-0, en el 42’. El partido era un monólogo, un festival blanco ante un Sevilla que no es estaba esperando de lo que estaba pasando en el Bernabéu.
Con ese 5-0 y el partido decidido se llegó al descanso. La segunda parte se jugó porque no había más remedio porque el único interés era saber si el Madrid iba a seguir pasando por encima del Sevilla que estaba obligado a reaccionar para salvar su honor. Lo cierto es que no pasó ni lo uno ni lo otro. El Real bajó el ritmo y el Sevilla lo intentó pero sin la convicción necesaria para creer en el milagro de una remontada que era imposible viendo lo que estaba pasando en el campo. Es verdad que el Sevilla puso a prueba a Keylor, pero más de cara a la galería que otra cosa. El Madrid, por su parte, gestionaba el ritmo del partido como más le convenía, apretando cuando estaba cerca de la meta de Sergio Rico. Así, las mejores ocasiones fueron blancas, como un poste de Benzema.
Con todo resuelto, Zidane comenzó a dar descanso a jugadores como Kroos, Modric y Cristiano Ronaldo que se marchó como empezó el partido: ovacionado por un Santiago Bernabéu puesto en pie. La afición blanca disfrutó como hacía tiempo que no lo hacía de un partido de los suyos a los que ovacionó cuando se llegó al descanso y en el inicio de la segunda mitad. El público se lo pasó bien a pesar de que la segunda mitad no tuvo ninguna historia y el partido acabó con ese 5-0