Un final de película para Vela
El maya certifica la victoria de la Real con un gol en su último partido, en el que sintió el calor de una grada que le despidió a lo grande
Carlos Vela se despidió a lo grande, marcando un gol en el que era su último partido con la Real, certificando así el excelente triunfo conseguido por el conjunto blanquiazul ante el Sevilla. El ‘bombardero maya’ tuvo el final soñado.
Antes de todo ese torrente de emociones que tuvo lugar en el tramo final del encuentro, Carlos Vela ya había sentido el cariño de la hinchada realzale, que le rindió un entrañable, a la vez que merecido, homenaje. En su último partido como blanquiazul, el maya sintió el calor de los suyos en una noche fría.
Primero, antes de comenzar la contienda. Fue el último realista que salió al terreno de juego. Lo hizo acompañado de su pareja y de su hijo Romeo. Anoeta entera se puso en pie para aplaudirle y dedicarle la penúltima ovación como blanquiazul. Enfrente un tifo gigante con el rostro del protagonista de la noche y un ‘Eskerrik asko’ gigante. Acompañando al mural, las luces de los móviles brillando en la noche oscura de Anoeta. Y en el videomacador, el video con alguno de los 72 goles que Vela ha marcado desde 2011.
Nadie de los integrantes de la primera plantilla se quiso perder el bonito homenaje y todos saltaron al terreno de juego, incluso los no convocados.
El ‘Carlitos Vela, lolololololo, Carlitos Vela...’ sonaba con fuerza en la grada de Anoeta. No sería la última vez. También cuando el partido llegó a su minuto 11. Otra vez se hizo la luz en Anoeta y volvió a escucharse la canción homenaje a un futbolista que ha marcado una época en la Real, ayudando con su talento y con su forma de ser, en la recuperación de la grandeza de una institución que acababa, como quien dice, de regresar a Primera.
Las buenas noticias para Vela no terminaron ahí. Los mejor estaba por llegar.
A la Real solo le costó 17 minutos perforar por primera vez la portería de Soria. El autor del gol, Iñigo, que corrió raudo y veloz a festejar ese tanto a su amigo Carlos Vela.
El hasta ayer atacante blanquiazul tuvo que esperar su oportunidad en el banquillo. Desde allí vio cómo Ben Yedder lograba el 1-1 antes del descanso. Salió a calentar en el minuto 59. Los minutos pasaban y el tiempo se agotaba. Oyarzabal y Zubeldia fueron las primeras opciones. Faltaban 15’ y llegó su momento. Justo antes de salir, otro alegrón con el tanto del azkoitiarra, que también se lo dedicó.
Anoeta se vino abajo con su salida, pero mucho más tras su gol, el 73, su último como blanquiazul. Ovación de las que no se olvidan. Pocos contactos con el balón. Uno de ellos acabó con el esférico en el lateral. El segundo, dentro de la portería. Fue su último servicio a la causa.
La luz de Vela se apagó de la mejor de la mejor manera posible