Intimida a los futuribles
Los ejecutivos y técnicos del FC Barcelona se han encontrado con un curioso fenómeno cuando han sondeado el mercado en busca de centrales. Javier Mascherano se va en enero a China, Thomas Vermaelen acaba contrato en 2019 y Gerard Piqué, aunque renovará con el Barça, cumplirá 31 años en 2018 y cada vez habrá que dosificarle más. Por eso, y también en previsión de que haya algún percance grave, la secretaría técnica está sondeando el mercado.
La curiosidad es que ha habido ya varios casos en que, tras establecer contactos con agentes de futbolistas susceptibles de reforzar la parte central de la defensa, varios jugadores se han descartado rápida y voluntariamente, sin dar siquiera opción a quedar a disposición del Barça. No es que el club haya perdido atractivo como entidad y como equipo. Ni mucho menos. Sin embargo, lo que está sucediendo con centrales jóvenes, especialmente con los zurdos, es que están viendo que el Barça ha fichado a un central para diez años como es Samuel Umtiti (24 años). Una de esas contrataciones que salen redondas, que dan un rendimiento inmediato y que, además, van mejorando con el tiempo y no padecen ni sufren la presión de jugar en un grande que, además, tiene un estilo de juego muy arriesgado para los defensas.
El caso es que, a día de hoy, hay centrales que son habitualmente titulares en sus equipos y que consideran que, en caso de recalar en el Barça, se verían irremisiblemente condenados a la suplencia. Luego el día a día y el fútbol ponen a cada uno en su sitio, pero la percepción que tienen a día de hoy es que Umtiti, si está sano, es titular indiscutible. Lo mismo sucede con Piqué por ser quien es y por lo que representa. Además, todos saben que en la recámara hay un central de 23 años como Yerry Mina por el que el Barça tiene una opción de compra el próximo verano por 9 millones de euros. Pero sin duda el caso más claro de titular fijo para años en el eje central culé es el del francés.
Un Umtiti del que, antes de ficharlo, había abundantes y buenos informes de la secretaría técnica y al que Robert Fernández se decidió a firmar en 2016 tras verle en acción en sólo tres partidos. El de Betxí se la jugó y la apuesta le salió redonda al Barça. Ahora, con sólo 60 millones de cláusula de rescisión, el club sabe que debe aumentar esa cifra y la ficha del defensa. Pero no hay una gran prisa. El club confía en Umtiti y el jugador confía en el Barça. Chico listo, el galo quiere hablar tras el Mundial. Entonces, quizás valga mucho más