El contador de historias
Un realizador deber ofrecer su propia narración del partido en imágenes
En el partido Lleida-Atlético de Madrid de Copa del Rey del miércoles, el realizador demostró ser un magnífico contador de historias. El talento profesional y el dominio del medio se hace evidente cuando, en directo y sobre la marcha, el realizador es capaz de contar un buen relato sin que las palabras sean necesarias. En el minuto 68 de partido, cuando Simeone sustituyó a Fernando Torres, el realizador mostró la cara disgustada del jugador. Luego, mostró como Diego Costa salía al campo después de más de medio año sin jugar. Jugó a contraponer el ímpetu de Costa sobre el césped con la imagen de Torres cabizbajo en el banquillo. Y cinco minutos más tarde, llegó el gol de Costa. Inmediatamente después, volvió a enseñar el rostro serio de Torres. El triunfo versus la decepción. Y a continuación la celebración del gol de Costa junto a sus compañeros. Y mientras celebraban el gol, pinchó un plano de un pequeño grupo de aficionados del Atleti que primero lo celebraban hasta que a uno de ellos se leía en los labios: “No jodas” con cara de susto. Después de un par de repeticiones del gol comprendíamos lo que había visto: Mostraba a Costa lamentándose de un golpe que parecía grave. Mientras seguía el partido, el realizador enseñaba cómo los servicios médicos atendían a Costa y luego pinchaba un plano donde se veía a Caminero en el palco mirando con preocupación el móvil, como si esperara recibir noticias sobre la lesión. Mientras los comentaristas discutían sobre cuándo tuvo lugar el golpe, el realizador recuperó el instante para disipar dudas. Hasta que, finalmente, mostró a Costa regresando al campo recuperado.
Un buen realizador, más allá de enseñar por dónde corre el balón y repeticiones importantes, hace su propia narración del partido (priorizando siempre el juego, por supuesto): transmitir estados de ánimo, comunicar las reacciones de lo que sucede en el campo, contextualizar instantes. A menudo, para que la intensidad, la emoción y la épica del fútbol lleguen al sofá de casa a través de la tele son más determinantes unas imágenes bien elegidas que las explicaciones de un narrador