Una situación idílica
La situación de la Liga en estos momentos de la temporada es idílica. Lo único que le faltaba al equipo era culminar un partido tan completo como el que sucedió en Anoeta este pasado domingo. El Barça llevaba diez años sin ganar en San Sebastián en Liga y lo hizo con todos los honores después de remontar un partido que se había puesto muy cuesta arriba con el 2-0 inicial, pero al que los azulgrana respondieron con una reacción de campeón, marcando cuatro goles y culminando una soberbia segunda parte bajo una intensa lluvia. Conseguir un triunfo de estas características, con un Leo Messi fuera de concurso y con Luis Suárez con el olfato goleador afinado, da una tranquilidad increíble, te hace sentir casi invencible e impone miedo a los rivales que todavía tienen que pasar por el camino de los azulgrana en este curso.
Gran mérito de esta dinámica tan positiva, primero a nivel de resultados y luego a nivel de juego, es del técnico Ernesto Valverde. El entrenador culé ha demostrado que sabe ganar partidos con sus decisiones e indicaciones desde el banquillo, firmando la mejor primera vuelta de la historia del club, sin conocer la derrota. Está teniendo una excelente gestión de un vestuario lleno de egos, dosificando a las estrellas y dando minutos de calidad a aquellos jugadores que están llamados a ser importantes en el equipo. Los retos se van superando y no parece que haya fin para un Barça que parece lanzado a recuperar el trono en la Liga, competición que el Real Madrid ya puede empezar a dar por perdida tras una nueva derrota en casa, esta vez ante un Villarreal que supo aprovechar las facilidades defensivas merengues en un contragolpe letal finalizado a la perfección por Fornals.
Los blancos deben empezar a reaccionar ya que marchan cuartos en la Liga y tanto Atlético de Madrid como Valencia han conseguido encadenar dos triunfos consecutivos para coger algunos puntos de ventaja en la tabla que pueden resultar definitivos. La procesión en Madrid va por dentro, pero se rasgan las vestiduras con las pobres actuaciones del equipo de Zidane, que ya está
La victoria en Anoeta no hace más que reforzar la dinámica positiva del equipo culé
siendo ampliamente criticado por la afición madridista y a quien Florentino parece haberle puesto la cruz por la falta de incorporaciones en este mercado invernal.
La única salida que tiene el Real Madrid para maquillar su pobre actual campaña es la Champions League, pero en frente tendrá un gran rival en los octavos de final como es el PSG de Neymar, club que también necesita una gran alegría europea después de una inversión ingente de capital qatarí en los últimos años. En caso de que no pasen de octavos se podría armar una buena en el Bernabéu.
La diferencia de los escenarios que hay en Barça y Madrid es tan extraña como notable. Hacía tiempo que no se vivía algo así y esto no hace más que poner en relieve que en el mundo del fútbol nadie sabe nada, entre los que me incluyo. Cuando empezó la temporada el Madrid tenía que ganarlo todo -se hablaba de sextete- y el Barça no conseguiría nada. La tortilla ha dado un giro completo para alegría de los culés