El Alavés perdona y lo paga, pero está vivo
El 2-1 deja abierto el cruce para la vuelta pero, tras no saber sentenciar en la primera mitad, se ve superado en la segunda y se queda con diez
El extraordinario gol de Sobrino no fue suficiente ante la reacción valenciana
El Alavés fue víctima de uno de los axiomas que preside el siempre despiadado como imprevisible mundo del fútbol. El que perdona lo paga. Eso es lo que le sucedió al equipo de Abelardo en un choque en el que, tras desperdiciar tres ocasiones para sentenciar en la primera mitad, se vio superado en la segunda por el Valencia. A pesar de ponerse 0-1, un grave error de Sivera y la expulsión de Diéguez le impidieron contener a un cuadro ché que tuvo en Rodrigo y Guedes a sus dos mejores elementos.
El portugués y el internacional español no solo marcaron los goles, sino que dinamitaron a un Alavés que, tras adelantarse en el marcador con un golazo de Sobrino en el 65, no pudo frenar el empuje de un rival reactivado por los cambios realizados por Marcelino.
Un grave fallo de Sivera en el 1-1 y la expulsión por doble amarilla de Diéguez condenaron a la derrota a un cuadro albiazul que, con este 2-1, apela al factor Mendizorroza. La próxima semana, la eliminatoria se solventará en el feudo babazorro, donde Abelardo cuenta hasta ahora los partidos por victoria.
Los babazorros realizaron una primera parte extraordinaria y merecieron irse al descanso con el marcador a favor. En los primeros cinco minutos, tuvieron tres aproximaciones de mucho peligro al área local. En el minuto 2, la buena presión provocó una falta de entendimiento entre Doménech -muy inseguro- y Martín Montoya que aprovechó Rubén Sobrino.
El de Daimiel interceptó la muy peligrosa cesión del lateral al portero pero, demasiado escorado tras driblar a meta, no acertó a rematar entre los tres palos con la portería vacía. En el 4, de nuevo Rubén Sobrino estuvo en boca de gol, pero esta vez un zaguero valencianista le impidió disparar.
Balón al palo y locura
En el 5 llegó una clarísima. Tras una buena arrancada por la izquierda, otra vez Rubén Sobrino recogió el esférico en las inmediaciones del área y asistió a un Hernán Pérez que, sin dudarlo, empaló el balón contra el poste en una preciosa bolea con la derecha.
Se replegaba bien el Alavés ante un adversario que tomó la iniciativa a partir del minuto 10. Alexis y Maripán se mostraron muy seguros en el área y el Valencia sólo creó peligro a través de un par de disparos lejanos. En el primero, en el 15, Sivera repelió con muchos apuros un durísimo zambombazo de Kondogbia. En el 16, Guedes ganó espacio entre líneas para recibir un buen pase de Dani Parejo y lanzar muy cerquita de la base del poste de la portería albiazul. En los veinte minutos finales, el partido se convirtió en una locura. Ritmo endiablado e ida y vuelta por ambas partes. En el 27, ambos equipos reclamaron penalti; el Valencia por un agarrón mutuo de Paulista y Tomás Pina en el área y el Alavés por una mano involuntaria de Montoya tras un rechace.
Tuvo dos oportunidades más el Alavés y ambas nacieron de las botas de John Guidetti. En el 30, asistió a Hernán Pérez tras conducir con inteligencia un contragolpe y el paraguayo obligó a lucirse a Do- ménech para desviar su disparo a corner. En el 33, lanzó una falta con mucho efecto, aunque muy centra- da, que desvió con apuros el meta local.
0-1 y expulsión
En la segunda parte cambió la de- coración. El Valencia presionó con mayor intensidad y más arri- ba. El Alavés poco a poco se vio en- cerrado en su área, sobre todo desde que Abelardo dio entrada a Munir por un desfondado Guidet- ti. Aún lejos de su mejor forma, el sueco ya demuestra su solvencia a la hora de bajar balones largo y jugar de espaldas cerca del área.
Marcelino consiguió elevar el poder ofensivo de su equipo con los cambios, pero el Alavés, en el 65, se adelantó con un golazo de Rubén Sobrino tras una triangulación con Munir, que bajó con mucha ca- lidad un balón largo.
El partido, a partir de ahí, fue una agonía para los babazorros. Un garrafal fallo de Sivera acom- pañado de mala suerte en la acción del 1-1 en el minuto 72 y la expul- sión de Diéguez por doble amarilla en el 77 condenaron al Alavés en un duelo que Rodrigo sentenció con un soberbio golazo